CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS EN POLONIA crimenes_polacos | Page 13
la cuestión de Dantzing y del Corredor, la guerra, había muy deseada por Inglaterra,
para juzgar al Reich. No era necesario, según la opinión que parecía prevalecer en
Varsovia, proceder con moderación o con mucha consideración para llevar las c os as
al estrado, ya que Inglaterra cubría el juego diabólico, garantizado la inviolabilidad del
Estado Polaco. La promesa de garantía, dada por Inglaterra, había reservado, la
República Polaca, el papel de ariete político, y desde entonces Polonia no duda ba en
desafiar, por todos los medios, al Reich Alemán, llegando hasta soñar, alucinación,
con una batalla victoriosa las puertas de Berlín. En el caso de Polonia, a favor de la
resistencia, cada vez más obstinada, al Reich, el gobierno polaco ciertamente no se
sentiría tan seguro, bajo las promesas de aquellos provocadores de la guerra, ni
dejaría que las cosas llegaran al punto de los militares y civiles polacos interpr eta r el
lema de la eliminación del alemán como una invitación al asesinato y la matanza
brutal de la popular alemana (1). No fueran los plenos poderes británicos concedidos
a Polonia. El gobierno de aquella Republica no habría cerrado los oídos, con tanta
ligera, la extraordinaria propuesta de compensación presentada por el Fuehrer, en s u
discurso pronunciado en el Rsichstag, el 28 de abril de 1939; no habría iniciado desde
esa promesa inglesa, para sus prácticas de aniquilación contra las mi nor ías étni c a s
alemanas. Ya hacia mucho que el elemento germánico residente en Polonia se
hallaba manoseado (2), que las empresas alemanas y las existencias particulares
alemanas habían sido aniquiladas por anulación de órdenes y boicot, por i mpues tos
rigurosamente contabilizados y más rigurosamente cobra dos, por anulación de
concesiones, expropiaciones y prohibiendo la adquisición de tierras; que, por la
aplicación unilateral de la Ley de Reforma Agraria y del Decreto r elativo a las zonas
fronterizas.
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(1) En el carácter impulsivo y extremista de nacionalidad pol aca y la megalomanía de los polacos, en
vista también de la propaganda agresiva y sanguinaria, impulsado por medios de comunicación
polacos durante años, y reforzado en los últimos meses antes del estallido de la guerra contra
Alemania y las minorías étnicas alemanas, el gobierno inglés, se habría convencido de que el interés
activo de Inglaterra en la política guerrera de Polonia había de forzosamente un aumento epidémico
del odio popular y excesos horribles contra los alemanes. En caso de que el Gobierno inglés no haya
tenido plena conciencia de las desastrosas consecuencias del efecto embriagador de su garantí a de
asistencia a Polonia, su responsabilidad por la sangre vertida se presenta aún más grave, la vista de
la extensión y la bestialidad de las atrocidades polacas, cometidas contra los populares alemanes.
Quien no vivió aquellas semanas decisivas en el medio de los polacos, difícilmente puede evaluar l a
fatal influencia directa de la garantía dada por el Chamberlain sobre la psicologia y la mentalidad
polaca.
(2) los enormes daños sufridos por la minoría étnica alemana, en el tiempo del dominio polaco, en lo
que concierne a la emigración, al robo de tierras y al cierre de escuelas alem anas, pueden ser así
calculados: A mediados de 1939, 1.4 millones de los alemanes, domiciliados en las provincias Posen -
Prusia Occidental y Alta Silesia Oriental, habían abandonado sus tierras, bajo la presión de las
autoridades polacas, habiendo perdido 631.644 hectáreas de tierras, a saber: 132.644 hectáreas
como consecuencia de la anulación y la liquidación. De las 657 escuelas públicas de las minorías
alemanas (1927: 498), existentes en 1925, a principios del año escolar 1938/39 quedaron sól o 1 85
(de las 150 en Posen - Prusia Occidental y 35 en la Alta Silesia).