CRÍMENES POLACOS CONTRA ALEMANES ÉTNICOS EN POLONIA-EDICIÓN MEJORADA CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS-2020 | Page 48

El testimonio de Dorothea Radler, de 14 años de edad. El domingo, día 3 de septiembre de 1939, por las 16 horas, unos seis soldados polacos penetraron en nuestra casa. Se dieron una búsqueda para descubrir armas. Después de la inspección que corrió sin resultado, llevaron con ellos a mi hermano mayor, Fritz, con 18 años de edad. Lo condujeron hasta detrás de una cerca que dista unos 200 metros de nuestra casa. El vecino que también ya estaba muerto, dijo, poco después, a mi padre, Artur Radler, que habían fusil ado a mi hermano. Ya habían sido fusilados otros alemanes. El jefe de la Compañía de Gaz nos afirmó que los soldados polacos quitarían a todos l os muertos. Por eso, dejamos el cadáver de mi hermano en el lugar donde se hallaba, hasta el lunes, de noche. Después fuimos obligados por los soldados a enterrarl o. Mi padre nos contó que mi hermano había recibido un tiro en el pecho. El lunes, día 4 de septiembre, vinieron nuevamente soldados polacos, del bosque, y esta vez muchos, un destacamento entero. Pediendo de beber. Mi hermano de 16 años estaba en el pati o. Los soldados habían venido acompañados de civiles. Dij er on entonces los soldados a mi hermano que el más joven y el más viejo había dispar a do sobre ellos. Cuando mi hermano respondió que él no había tira do, le dieron con la culata y con el puño en la cabeza y el hombro. Atemorizado, mi hermano huyó, buscando esconderse en las frambuesas. La le encontraron y lo mataron con dos tiros, siendo uno en la cabeza. Un cuarto de hora después mi padre vio decirnos que los soldados habían colocado una granada en nuestra casa. Poco después, los soldad os volvieron a entr a r en el patio, yendo mi padre al encuentro de ellos. Inmediatamente, los soldados dispararon sobre mi padre. Lo golpearon al cuello. La bala saldrá po r el homoplato donde se veía una gran abertura, por donde saldrá también el pulmón. Todavía no estaba muerto mi padre, todavía vivió 5 horas. Nos prohíbieron darles de beber y socorrerlo. Mi padre pidió a los soldados que le dieran el tiro de gracia. Se rieron de él y le dijeron: "Puedes morir como un animal". En eso la multitud se reía y gritaba. Finalmente, 5 horas después, un soldado, al compadecerse de él, le dio el tiro de gracia en el frente. La bala era también muy grande; que salio el cerebro de cabeza. En la noche de lunes a martes todavía nos quedamos en nuestra casa. En el día siguiente asentaron muchas piezas de artillería en la proximidad de nuestra casa. Por miedo de que nos pasara algo, fuimos a la casa de nuestro vecino, Jhohann Held. Es te testigo todavía vive. Quisimos escondernos en la bodega de su casa, en lo que fuimos impedidos por el arrendatario del testigo Held. El arrendatario se llama Gorski ... L, apr, as. ass. Dorothea Radler. Fuente: WR I (1) (1) El protocolo se encuentra reproducido en las pruebas documentales originales (V., página N ° 271).