ARTES
EL HORÓSCOPO
DECAPITADO
POR MICHELLE PÉREZ-LOBO | @mplobo
D
oce animales de bronce escoltan la fuente del patio central
del Museo Nacional de Antropología. Se trata de esculturas inspiradas en el zodiaco chino, forjadas por el artista y
activista Ai Weiwei (Pekín, 1957), con las que descontextualiza (y critica) el poder que detentan los estandartes de la China imperial. Política aparte, estas cabezas de animales (rata,
búfalo, tigre, conejo, dragón, serpiente, caballo, cabra, mono,
gallo, perro y jabalí) tienen más de cuatro metros de altura y
300 kilos cada una: son imponentes y, no obstante, parecen
ensartadas en lanzas, como el trofeo que se obtiene después de
un día de caza. Los visitantes al recinto —que este año celebra
medio siglo de vida— bien pueden tomarse fotos con ellas, según la figura que les gusta o, tal vez, sin son conocedores de este
zodiaco, con la especie que les corresponde según su alineación
astrológica. Tanto aquí como en la cacería, la relación entre humano y fauna es utilitaria: mediante la identificación con uno de
estos seres, nos explicamos cómo somos e, incluso, qué podrá ser
de nosotros; nos apropiamos de sus atributos para entendernos
mejor. Sea en lo astral, en lo cotidiano o en el arte, el ser humano
es siempre un cazador.
La exposición Círculo de animales: cabezas del zodiaco estará abierta hasta el 31 de noviembre de 2014.