Cronica ambiental Octubre 2014 | Page 42

corando platos para publicidades gastronómicas. A través de la tecnología, Yaquir Sato se propone diseñar un método para disminuir los tiempos de ocio en su cocina, y asegurar a la vez la calidad de las preparaciones básicas que formarán parte de sus platos. Si logra conservar de forma natural algunos preparados, me explica, su equipo podría hacerlos en los tiempos de menor actividad en la cocina, y él podría probar el resultado una sola vez para todos los platos en los que se vayan a utilizar, tal como un enólogo testea la calidad del vino de un barril de 3 000 litros. El método que investiga le permitiría también aprovechar descartes de cocina como las carcazas del lenguado o las cabezas de camarón para hacer fondos de cocción, conservarlos y utilizarlos después en sus platos. “Es como cocinar con ingeniería”, dice. Sato cree que la alquimia entre el cocinero y el ingeniero tiene que ser justa, que ambos tienen que ser particulares para combinar. Una cosa y la otra pueden lograr un resultado eficiente y artístico a la vez. Pero si no funciona, la combinación entre ambos puede arruinarlo todo. El ingenio de Naokichi Sato, el abuelo de Yaquir, era tal vez el resultado de una cultura de ahorro. El de su nieto parece ser fruto de la obsesión por ganar tiempo, no desperdiciar nada y asegurar la perfección de todo lo que hace. Yaquir Sato ha desarrollado una máquina para desmenuzar pollo, ha buscado y adaptado una máquina para cortar la cebolla como lo hacían antiguamente las amas de casa, y ha perfeccionado una máquina inventada por su padre para hacer picarones. La búsqueda de Yaquir Sato parece una apuesta obsesiva por la eficiencia, aunque el chef nunca utiliza esa palabra. Sato dice: “es consecuente”, y cada vez que lo dice pareciera que las cosas adquieren sentido para él. Cuando le pregunto los motivos por los que decidió salir a explorar nuevas especies marinas, el chef me habla de la escasez de proteínas, y se resta importancia. Lo más caro en el plato de un restaurante es la proteína, me explica. Y lo que más escasea también es la proteína —dice—, sea del animal que sea. Que su búsqueda en el mar sea compatible con una tendencia mundial, dice, “es consecuente”. Hoy, un conjunto de organizaciones ecologistas procuran combatir la destrucción de recursos que produce la industria pesquera con los descartes, y el monumental despilfarro de alimentos que eso supone. La campaña Ni un pez por la borda, por ejemplo, lucha para cambiar las políticas pesqueras de la Unión Europea, y cuenta con el apoyo de CRÓNICA UN ASPECTO FUNDAMENTAL EN LA ACTITUD DE LOS CONSUMIDORES —Y DE LOS COCINEROS, QUE SON QUIENES LES OFRECEN SUS PLATOS— TIENE QUE VER CON LA DIVERSIDAD: HACE FALTA AMPLIAR EL ABANICO DE ESPECIES QUE SE CONSUMEN. distintos chefs, que señalan, entre otras cosas, la necesidad de aprender a comprar pescado respetando sus temporadas. Pero además, un aspecto fundamental en la actitud de los consumidores —y de los cocineros, que son quienes les ofrecen sus platos— tiene que ver con la diversidad: hace falta ampliar el abanico de especies que se consumen. Que el método que investiga Yaquir Sato para reducir cuellos de botella en la cocina le permita aprovechar los descartes de producción, “es consecuente” con su modo de pensar la gastronomía como un proceso en cadena, de base mecánica y terminación artística. Que el tercer piso d H