“SERÍA CATASTRÓFICO QUE UNA
SIGUIENTE TRAGEDIA —QUE
SEGÚN NUESTROS ESTUDIOS SERÍA
INCOMPARABLEMENTE MAYOR A
LA ACTUAL— NO SEA PREVENIDA”,
DICE LA CARTA FIRMADA POR LOS
SIETE PRESIDENTES MUNICIPALES.
Panorámica de la mina a cielo abierto Buenavista del Cobre, en Cananea.
podemos provocar problemas a los mantos acuíferos al causar la
succión de los metales tóxicos que se encuentran en el río”.
Si todo lo anterior ameritara respuesta y cumplimiento inmediatos, la petición principal de la carta resulta tan impostergable
como inquietante. Los presidentes municipales demandan saber
cuándo relocalizará Grupo México los represos de jales y otras
sustancias. “Especialmente el jale principal, llamado jáliz, cuyo
derrame representaría nuestra inexistencia y la de Hermosillo y
que se encuentra al lado del ojo de agua del Río Sonora, y cuyo
bordo contenedor mide 10 kilómetros desde El Rastro hasta el Ojo
de Agua de Arvayo”.
Así, mientras la investigación del Gobierno Federal sigue en
curso para conocer de qué tamaño es el daño ocasionado por el
derrame y cómo se remediará, el tiempo fluye como agua del río y
los pobladores desesperan.
CENTRAL
En el centro de Cananea destaca una glorieta con una fuente:
adentro un cazo gigantesco de cobre derramando agua limpia. La
avenida principal termina en la entrada vieja de la mina: un portón que, en atención a su carácter histórico, debiera tener alguna
gracia. A la izquierda, sobre un cerro atravesado por dos mallas
ciclónicas con alambre metálico de púas, el visitante descubrirá
una enorme bandera mexicana. Si se tiene espíritu de explorador, entonces se sugiere caminar en dirección al lábaro patrio y
descender entre las piedras hasta encontrar un charco que, por
su coloración turquesa —del mismo tono del sulfato de cobre—,
resultará inolvidable.
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Río Sonora. La historia detrás del derrame