Cronica ambiental Octubre 2014 | Page 21

200 7. de d es gba n 19 u My NOTA Lee los que se tuvo que reubicar a los comerciantes que trabajaban en la zona y asegurarles que continuarían trabajando. También resultaba fundamental no alterar demasiado el flujo de transporte, por las vías rápidas demolidas transitaban 169 000 vehículos diarios, que tenían que seguir en circulación. Y, por último, el río mismo constituía un problema puesto que su caudal era irregular si no es que prácticamente inexistente. Así, el proyecto no podía limitarse a una acción puntual, sino a un conjunto de propuestas simultáneas que formaran parte de un proyecto global a largo plazo que afectara lo menos posible la vida cotidiana, que convirtieran las cosas sin perder la costumbre. La transformación se llevó a cabo. 907 000 toneladas de concreto, varilla y cascajo surgieron de las demoliciones, de las cuales se recicló 95%. Se construyeron 22 puentes y múltiples espacios de descanso a lo largo de la ribera. De algo sirvió el hecho de que la vialidad elevada se encontraba en pésimo estado y que para su restructuración y rehabilitación se necesitaran 90 millones de dólares y una obra de tres años. Sirvió también que se formara un comité ciudadano presidido por el urbanista a cargo del proyecto, Kee Yeon Hwang, que hizo un trabajo de consulta con la población local donde 79% de los habitantes estuvieron de acuerdo con la transformación. Sirvió también que para compensar el flujo vehicular se diseñó la primera línea de autobuses rápidos en Seúl a lo largo de 14.5 kilómetros por la misma ruta que la vialidad derruida. Quizá lo más complicado y polémico fue el hecho de tener que bombear agua del río Han para mantener un caudal constante y de tener mucho cuidado en separar las aguas pluviales del drenaje, pues durante las tormentas se corría el riesgo de contaminar el agua. El proyecto se terminó en 2005 y visto a la distancia, sólo se puede decir que fue exitoso. Lee Myung-bak, el alcalde, se convirtió en presidente de Corea en 2007. El comercio se incrementó, el precio de la tierra alrededor del río aumentó entre 30 y 50%, el transporte cambió radicalmente, el flujo vehicular se redujo 18%, mientras que los viajes en metro se incrementaron 14%, y más que nada, Seúl tuvo la capacidad de regenerarse y obtener un gran espacio público. El río vuelve, a pesar de la costumbre. El río se convierte en metáfora de la vitalidad citadina, una vitalidad que había estado perdida entre las nubes de una abstracción, la fe en el progreso que postulaba el siglo XX. Ahora sabemos que demasiada fe también enceguece. Ahora pensamos que es necesario recuperar la relación intrínseca con la naturaleza. Es el espíritu de este tiempo. Es sencillo ver los errores del pasado, pero es difícil ver las carencias del presente. Cheonggyecheon, una arteria vial saturada, fue transformada en lo que era antes, un río donde además se creó un espacio público donde los ciudadanos se reúnen, donde se vuelven a entender las estaciones del año, donde la vegetación tiene sus ciclos. Ahí también se conservaron algunos pilares de la antigua vialidad elevada como testigos del pasado reciente, las nuevas ruinas. Vemos esto y sabemos que tenemos razón al creer sin reparos en la ecología, la sustentabilidad y las buenas maneras. Es el espíritu de la época. La fe es ciega, pero bueno, no es una mala costumbre. Ojalá lo entiendan en el futuro. k, p rea residente de Co EL PROYECTO DE RESTAURACIÓN COSTÓ 386 MILLONES DE DÓLARES, EN SU MOMENTO LA RECUPERACIÓN MÁS COSTOSA QUE SE HABÍA HECHO DE UN RÍO. ¿POR QUÉ GASTAR DINERO EN DERRUMBAR ALGO QUE YA FUE CONSTRUIDO Y QUE, POR COSTUMBRE, FUNCIONA? El río (recuperado) que llevó a un alcalde a la presidencia