CRIMEN Y CASTIGO - FIÓDOR DOSTOYEVSKI | Page 599

Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski -¿Rasumikhine? ¿Un artículo de su hermano en una revista? Ignoraba que hubiera escrito semejante artículo... Pero ¿adónde va, Avdotia Romanovna? -Quiero ver a Sonia Simonovna -repuso Dunia con voz débil-. ¿Dónde está la puerta de su habitación? Tal vez ha regresado ya. Quiero verla en seguida para que ella me... No pudo terminar; se ahogaba materialmente. -Sonia Simonovna no volverá hasta la noche. Así lo supongo. Tenía que volver en seguida y no lo ha hecho. Esto es señal de que regresará tarde. -¡Me has engañado! ¡Me has mentido! -exclamó Dunia en un arrebato de cólera que la enloquecía-. Ahora lo veo claro. ¡Me has mentido! ¡No te creo, no te creo! Y cayó casi desvanecida en una silla que Svidrigailof se apresuró a acercarle. -Pero, ¿qué le ocurre, Avdotia Romanovna? Cálmese. Tenga, beba un poco de agua. Svidrigailof le salpicó el rostro. Dunetchka se estremeció y volvió en sí. -Ha sido un golpe demasiado violento -murmuró Svidrigailof, apenado-. Tranquilícese, Avdotia Romanovna. Su hermano tiene amigos. Le salvaremos. ¿Quiere usted que lo mande al extranjero? No tardaré más de tres días en conseguirle un billete. En cuanto a su crimen, él lo borrará a fuerza de buenas acciones. Cálmese. Todavía puede llegar a ser un gran hombre. ¿Se siente usted mejor? -¡Qué cruel e indigno es usted! Todavía se atreve a burlarse. ¡Déjeme en paz! -¿Adónde va? -A casa de Rodia. ¿Dónde está ahora? Usted lo sabe... ¿Por qué está cerrada esta puerta? Hemos entrado por aquí y ahora está cerrada con llave. ¿Cuándo la ha cerrado? StudioCreativo ¡Puro Arte! Página 598