Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski
Rafael. ¿No le impresiona la expresión fantástica y alucinante que
el pintor dio a esa Virgen? Pues el semblante de ella es parecido.
Al día siguiente de nuestros esponsales le llevé regalos por valor
de mil quinientos rublos: un aderezo de brillantes, otro de perlas,
un neceser de plata para el tocador; en fin, tantas cosas, que la
carita de Virgen resplandecía. Ayer, cuando la senté en mis
rodillas, debí de mostrarme demasiado impulsivo, pues ella
enrojeció vivamente y en sus ojos aparecieron dos lágrimas que
trataba de ocultar.
»Nos dejaron solos. Entonces ella rodeó mi cuello con sus
bracitos (fue la primera vez que hizo esto por propio impulso), me
besó y me juró ser una esposa obediente y fiel que dedicaría su
vida entera a hacerme feliz y que todo lo sacrificaría por merecer
mi cariño, y añadió que esto era lo único que deseaba y que para
ella no necesitaba regalos. Convenga usted que oír estas palabras
en boca de un ángel de dieciséis años, vestido de tul, de cabellos
rizados y mejillas teñidas por un rubor virginal, es sumamente
seductor... Confiéselo, confiéselo... Oiga..., oiga..., le llevaré a
casa de mi novia..., pero no puedo hacerlo ahora mismo.
-Total, que esa monstruosa diferencia de edades aviva su
sensualidad. ¿Es posible que usted piense seriamente en casarse
en esas condiciones?
-¿Por qué no? Es cosa completamente decidida. Cada uno hace lo
que puede en este mundo, y hacerse ilusiones es un medio de
alegrar la vida... ¡Ja, ja! ¡Pero qué moralista es usted! Tenga
compasión de mí, amigo mío. Soy un pecador. ¡Je, je, je!
-Ahora comprendo que se haya encargado usted de los hijos de
Catalina Ivanovna. Tenía usted sus razones.
-Adoro a los niños, los adoro de veras -exclamó Svidrigailof,
echándose a reír-. Sobre este particular puedo contarle un
episodio sumamente curioso. El mismo día de mi llegada empecé
a visitar antros. Estaba sediento de ellos después de siete años de
rectitud. Ya habrá observado usted que no tengo ninguna prisa en
StudioCreativo ¡Puro Arte!
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