CRIMEN Y CASTIGO - FIÓDOR DOSTOYEVSKI | Page 545

Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski «Siempre está con su maldita psicología -se dijo Raskolnikof-. Porfirio no ha creído en ningún momento en la culpabilidad de Mikolka después de la escena que hubo entre nosotros y que no admite más que una explicación.» Raskolnikof había recordado en varias ocasiones retazos de aquella escena, pero no la escena entera, pues no habría podido soportar su recuerdo. En aquella escena habían cambiado palabras y miradas que demostraban en Porfirio una seguridad tan absoluta y adquirida tan rápidamente, que no era posible que la confesión de Mikolka hubiera podido quebrantarla. ¡Pero qué situación la suya! El mismo Rasumikhine empezaba a sospechar. El incidente del corredor había dejado huellas en él. «Entonces corrió a casa de Porfirio... Pero ¿por qué habrá querido ese hombre engañarle? ¿Por qué razón habrá intentado desviar sus sospechas hacia Mikolka? No, no puede haber hecho esto sin motivo. Abriga alguna intención, pero ¿cuál? Verdad es que desde entonces ha transcurrido mucho tiempo, y no he tenido noticias de Porfirio. Esto es tal vez mala señal.» Cogió la gorra y se dirigió a la puerta. Iba pensativo. Por primera vez desde hacía mucho tiempo se sentía en un estado de perfecto equilibrio. «Hay que terminar con Svidrigailof a toda costa y lo antes posible. Sin duda está esperando que vaya a verle.» En este momento, en su agotado corazón brotó tal odio contra sus dos enemigos, Svidrigailof y Porfirio, que no habría vacilado en matar a cualquiera de ellos si los hubiese tenido a su merced. Por lo menos tuvo la impresión de que seria capaz de hacerlo algún día. -Ya lo verán, ya lo verán -murmuró. Pero apenas abrió la puerta se dio de manos a boca con Porfirio, que estaba en el vestíbulo. StudioCreativo ¡Puro Arte! Página 544