Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski
Raskolnikof, que estaba al lado de Sonia, se apartó para dejar el
paso libre a Piotr Petrovitch, el cual, al parecer, no advirtió su
presencia.
Transcurrido un instante, apareció Lebeziatnikof, pero no entró
en la habitación, sino que se quedó en el umbral. En su semblante
se mezclaban la curiosidad y la sorpresa, y prestó atención a lo
que allí se decía, demostrando un vivo interés, pero con el gesto
del que nada comprende.
-Perdónenme que les interrumpa -dijo Piotr Petrovitch sin
dirigirse a nadie particularmente-, pero me he visto obligado a
venir por un asunto de gran importancia. Además, celebro poder
hablar ante testigos. Amalia Ivanovna, le ruego que, en su calidad
de propietaria de la casa, preste atención al diálogo que voy a
mantener con Sonia Simonovna.
Y volviéndose hacia la joven, que daba muestras de profunda
sorpresa y estaba atemori