CRIMEN Y CASTIGO - FIÓDOR DOSTOYEVSKI | Page 424

Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski era el asesino. Al fin, el Senado aclaró el asunto y el infeliz fue puesto en libertad, pero, de no haber intervenido el Senado, no habría habido salvación para él. Pues bien, amigo mío, también a usted se le puede trastornar el juicio si pone sus nervios en tensión yendo a tirar del cordón de una campanilla al anochecer y haciendo preguntas sobre manchas de sangre... En la práctica de mi profesión me ha sido posible estudiar estos fenómenos psicológicos. Lo que nuestro hombre siente es un vértigo parecido al que impulsa a ciertas personas a arrojarse por una ventana o desde lo alto de un campanario; una especie de atracción irresistible; una enfermedad, Rodion Romanovitch, una enfermedad y nada más que una enfermedad. Usted descuida la suya demasiado. Debe consultar a un buen médico y no a ese tipo rollizo que lo visita... Usted delira a veces, y ese mal no tiene más origen que el delirio... Momentáneamente, Raskolnikof creyó ver que todo daba vueltas. «¿Es posible que esté fingiendo? ¡No, no es posible!», se dijo, rechazando con todas sus fuerzas un pensamiento que -se daba perfecta cuenta de ello- amenazaba hacerle enloquecer de furor. -En aquellos momentos, yo no estaba bajo los efectos del delirio, procedía con plena conciencia de mis actos -exclamó, pendiente de las reacciones de Porfirio Petrovitch, en su deseo de descubrir sus intenciones-. Conservaba toda mi razón, toda mi razón, ¿oye usted? -Sí, lo oigo y lo comprendo. Ya lo dijo usted ayer, e insistió sobre este punto. Yo comprendo anticipadamente todo lo que usted puede decir. Óigame, Rodion Romanovitch, mi querido amigo: permítame hacerle una nueva observación. Si usted fuese el culpable o estuviese mezclado en este maldito asunto, ¿habría dicho que conservaba plenamente la razón? Yo creo que, por el contrario, usted habría afirmado, y se habría aferrado a su afirmación, que usted no se daba cuenta de lo que hacía. ¿No tengo razón? Dígame, ¿no la tengo? StudioCreativo ¡Puro Arte! Página 423