Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski
progresión histórica y viva, para producir al fin una sociedad
normal, sino que suponen un sistema social que surge de la
cabeza de un matemático y que, en un abrir y cerrar de ojos,
organiza la sociedad y la hace justa y perfecta antes de que se
inicie ningún proceso histórico. De aquí su odio instintivo a la
historia. Dicen de ella que es un amasijo de horrores y absurdos,
que todo lo explica de una manera absurda. De aquí también su
odio al proceso viviente de la existencia. No hay necesidad de un
alma viviente, pues ésta tiene sus exigencias; no obedece
ciegamente a la mecánica; es desconfiada y retrógrada. El alma
que ellos quieren puede apestar, estar hecha de caucho; es un
alma muerta y sin voluntad; una esclava que no se rebelará
nunca. Y la consecuencia de ello es que toda la teoría consiste en
una serie de ladrillos sobrepuestos; en el modo de disponer los
corredores y las piezas de un falansterio. Este falansterio se puede
construir, pero no la naturaleza humana, que quiere vivir,
atravesar todo el proceso de la vida antes de irse al cementerio.
La lógica no basta para permitir este salto por encima de la
naturaleza. La lógica sólo prevé tres casos, cuando hay un millón.
Reducir todo esto a la única cuestión de la comodidad es la
solución más fácil que puede darse al problema. Una solución de
claridad seductora y que hace innecesaria toda reflexión: he aquí
lo esencial. ¡Todo el misterio de la vida expuesto en dos hojas
impresas...!
-Mirad como se exalta y vocifera. Habría que atarlo -dijo Porfirio
Petrovitch entre risas-. Figúrese usted -añadió dirigiéndose a
Raskolnikof- esta misma música en una habitación y a seis voces.
Esto fue la reunión de anoche. Además, nos había saturado
previamente de ponche. ¿Comprende usted lo que sería
aquello...? Por otra parte, estás equivocado: el medio desempeña
un gran papel en la criminalidad. Estoy dispuesto a demostrártelo.
StudioCreativo ¡Puro Arte!
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