Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski
-¡Oh, no! Es verdaderamente un hombre despiadado. No puedo
imaginarme nada más horrible -repuso la joven con un ligero
estremecimiento.
Luego frunció las cejas y quedó absorta.
-La escena tuvo lugar por la mañana -prosiguió precipitadamente
Pulqueria Alejandrovna-. Después, Marfa Petrovna ordenó que le
preparasen el coche, a fin de trasladarse a la ciudad después de
comer, como hacía siempre en estos casos. Dicen que comió con
excelente apetito.
-¿A pesar de los golpes?
-Ya se iba acostumbrando... Apenas terminó de comer, fue a
bañarse; así se podría marchar en seguida... Seguía un
tratamiento hidroterápico. En la finca hay un manantial de agua
fría y ella se bañaba en él todos