Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski
da muerte a un secretario de embajada por una oscura cuestión
de dinero... Si la vieja usurera ha sido asesinada por un hombre
de la clase media (los mujiks no tienen el hábito de empeñar
joyas), ¿cómo explicar este relajamiento moral en la clase más
culta de nuestra ciudad?
-Los fenómenos económicos han producido transformaciones
que... -comenzó a decir Zosimof.
-¿Cómo explicarlo? -le interrumpió Rasumikhine-. Pues
precisamente por esa falta de actividad razonada.
-¿Qué quiere usted decir?
-¿Qué respondió ese profesor de historia universal cuando le
interrogaron? «Cada cual se enriquece a su modo. Yo también he
querido enriquecerme Lo más rápidamente posible.» No recuerdo
las palabras que empleó, pero sé que quiso decir «ganar dinero
rápidamente y sin esfuerzo». El hombre se acostumbra a vivir sin
esfuerzo, a andar por el camino llano, a que le pongan la comida
en la boca. Hoy cada uno se muestra como realmente es.
-Pero la moral, las leyes...
-¿Qué le sorprende? -preguntó repentinamente Raskolnikof-.
Todo esto es la aplicación de sus teorías.
-¿De mis teorías?
-Sí, la conclusión lógica de los principios que acaba usted de
exponer es que se puede incluso asesinar.
-Un momento, un momento... -exclamó Lujine.
-No estoy de acuerdo -dijo Zosimof.
Raskolnikof estaba pálido y respiraba con dificultad. Su labio
superior temblaba convulsivamente.
-Todo tiene su medida -dijo Lujine con arrogancia-. Una idea
económica no ha sido nunca una incitación al crimen, y
suponiendo...
-¿Acaso no es cierto -le interrumpió Raskolnikof con voz trémula
de cólera, pero llena a la vez de un júbilo hostil que usted dijo a
su novia, en el momento en que acababa de aceptar su petición,
StudioCreativo ¡Puro Arte!
Página 187