CRIMEN Y CASTIGO - FIÓDOR DOSTOYEVSKI | Page 182

Crimen y Castigo - Fiódor Dostoyewski importante del Senado. Y no hablemos de esas ocupaciones cuya índole puede usted deducir: espero a su familia, es decir, a su madre y a su hermana, de un momento a otro. Raskolnikof hizo un movimiento y pareció que iba a decir algo. Su semblante dejó entrever cierta agitación. Piotr Petrovitch se detuvo y esperó un momento, pero, viendo que Raskolnikof no desplegaba los labios, continuó: -Sí, las espero de un momento a otro. Ya les he encontrado un alojamiento provisional. -¿Dónde? -preguntó Raskolnikof con voz débil. -Cerca de aquí, en el edificio Bakaleev. -Eso está en el bulevar Vosnesensky -interrumpió Rasumikhine-. El comerciante Iuchine alquila dos pisos amueblados. Yo he ido a verlos. -Sí, son departamentos amueblados... -Aquello es un verdadero infierno, sucio, pestilente y, además, un lugar nada recomendable. Allí han ocurrido las cosas más viles. Sólo el diablo sabe qué vecindario es aquél. Yo mismo fui allí atraído por un asunto escandaloso. Por lo demás, los departamentos se alquilan a buen precio. -Como es natural, yo no pude procurarme todos esos informes, pues acababa de llegar a Petersburgo -dijo Piotr Petrovitch, un tanto molesto-; pero, sea como fuere, las dos habitaciones que he alquilado son muy limpias. Además, hay que tener en cuenta que todo esto es provisional... Yo tengo ya contratado nuestro definitivo..., mejor dicho, nuestro futuro hogar -añadió volviéndose hacia Raskolnikof-. Sólo falta arreglarlo, y ya lo estoy haciendo. Yo mismo tengo ahora una habitación amueblada bastante reducida. Está a dos pasos de aquí, en casa de la señora de Lipevechsel. Vivo con un joven que es amigo mío: Andrés Simonovitch Lebeziatnikof. Él es precisamente el que me ha indicado la casa Bakaleev. StudioCreativo ¡Puro Arte! Página 181