CRIMEN Y CASTIGO crimen y castigo | Page 290

mucho que lo amaba. Pero cosa extraña esta gran ternura produjo de pronto al joven una impresión penosa y amarga. Una sensación extraña y horrible. Había ido a aquella casa diciéndose que Sonia era su único refugio y su única esperanza. Había ido con el propósito de depositar en ella una parte de su terrible carga, y ahora que Sonia le había entregado su corazón se sentía infinitamente más desgraciado que antes. Sonia le dijo , será mejor que no vengas a verme cuando esté encarcelado. Ella no contestó. Lloraba. Transcurrieron varios minutos. De pronto, como obedeciendo a una idea repentina, Sonia preguntó: ¿Llevas alguna cruz? Él la miró sin comprender la pregunta. No, no tienes ninguna, ¿verdad? Toma, quédate ésta, que es de madera de ciprés. Yo tengo otra de cobre que fue de Lisbeth. Hicimos un cambio: ella me dio esta cruz y yo le regalé una imagen. Yo llevaré ahora la de Lisbeth y tú la mía. Tómala suplicó . Es una cruz, mi cruz... Desde ahora sufriremos juntos, y juntos llevaremos nuestra cruz. Bien, dame dijo Raskolnikof. Quería complacerla, pero de pronto, sin poderlo remediar, retiró la mano que había tendido. Más adelante, Sonia. Será mejor. Sí, será mejor dijo ella, exaltada . Te la pondrás cuando empiece tu expiación. Entonces vendrás a mí y la colgaré en tu cuello. Rezaremos juntos y después nos pondremos en marcha. En este momento sonaron tres golpes en la puerta. ¿Se puede pasar, Sonia Simonovna? preguntó cortésmente una voz conocida. Sonia corrió hacia la puerta, llena de inquietud. La abrió y la rubia cabeza de Lebeziatnikof apareció junto al marco. V Lebeziatnikof daba muestras de una turbación extrema. Vengo por usted, Sonia Simonovna. Perdone... No esperaba encontrarlo aquí dijo de pronto, dirigiéndose a Raskolnikof . No es que vea nada malo en ello, entiéndame; es, sencillamente, que no lo esperaba. Se volvió de nuevo hacia Sonia y exclamó: Catalina Ivanovna ha perdido el juicio. Sonia lanzó un grito. Por lo menos dijo Lebeziatnikof lo parece. Claro que... Pero es el caso que no sabemos qué hacer... Les contaré lo ocurrido. Después de marcharse ha vuelto. A mí me parece que le han pegado... Ha ido en busca del jefe de su marido y no lo ha encontrado: estaba comiendo en casa de otro general. Entonces ha ido al domicilio de ese general y ha exigido ver al jefe de su esposo, que estaba todavía a la mesa. Ya pueden ustedes figurarse lo que ha ocurrido. Naturalmente, la han echado, pero ella, según dice, ha insultado al general e incluso le ha arrojado un objeto a la cabeza. Esto es muy posible. Lo que no comprendo es que no la hayan detenido. Ahora está describiendo la escena a todo el mundo, incluso a Amalia Ivanovna, pero nadie la entiende, tanto grita y se debate... Dice que ya que todos la abandonan, cogerá a los niños y se irá con ellos a la calle a tocar el órgano y pedir limosna, mientras sus   289