G.1.
Determinando el valor del coeficiente entre las variables (para G.1. en la figura 5) obtenemos 0,41977609, es decir,
están correlacionadas en un 42% aproximadamente; un valor más bajo que la mitad del porcentaje a la que se debería
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acercar. A manera de verificación, su R es de 19,3%, mostrando que el comportamiento se acopla más a una regresión
lineal. Siendo éste el caso, si relacionamos el peso y la altura con el tiempo de apnea, y teniendo en cuenta que estas
variables no estuvieron significativamente correlacionadas con VC, tampoco estarán correlacionadas con el tiempo de
apnea (los valores de correlación para el peso y la altura con respecto a esta variable son de 12,02% y 27,5%
respectivamente). Esto se puede deber, de nuevo, a que no se tomó homogéneamente la muestra, no obstante, si la
clasificamos por su IMC (como se muestra en la figura 5, para G.2. y G.3.), donde se graficó las mismas variables sólo
para los grupos con IMC “Normal” y “Delgadez”, tampoco se muestran correlaciones significativas para cada grupo (de
33,8% y 9,4% respectivamente). Cabe destacar, sin embargo, que la cantidad de muestra por cada grupo de IMC puede
no ser significativa.
Una posible razón del comportamiento anterior, es que el tiempo de apnea depende de otras variables como la
capacidad de difusión pulmonar. Dicha condición es precisamente muestra la velocidad de difusión de un gas a través de
la membrana alveolo-capilar y depende de otros factores como la solubilidad del gas dentro del pulmón, su peso
molecular, el espesor y área superficial de la membrana, la cantidad y eficiencia de reacciones químicas de la
hemoglobina, o la diferencia de presiones entre superficies(Sastre, 1990). Esto se puede calcular con la Ley de Fick, sin
embargo, ésta comprende más variables de las que el presente estudio evalúa. Si se pudiera medir la capacidad de
difusión, probablemente se podría establecer una relación con el tiempo de apnea, ya que la primera explicita las
dinámicas de intercambio de O2 y CO2 a nivel interno.
Conclusiones:
• La hipótesis que se tenía al principio respecto a que existía una relación entre el peso y la altura, con la
capacidad pulmonar y el tiempo de apnea, se invalida matemáticamente al observar que sus valores de
correlación, en ningún caso, superan el 50%. Esto se cumple, por lo menos, para el muestreo tomado. Sin
embargo, analizando las razones en materia de fisiología sí se podría entablar una relación, tomando otras
variables como el porcentaje adiposo o el rendimiento físico.
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