el índice de masa corporal. Si se utiliza la misma fórmula para evaluar independientemente el peso y la altura con VC, el
coeficiente para el peso es de 0,063147959, pero para la altura es de 0,21095747; es decir la Capacidad Pulmonar está
más relacionada con el con el peso que con la altura, pero ninguna de estas relaciones obtuvo un índice del 80%, que
por regla empírica se considera como parámetro para poder indicar una correlación entre estas variables. Para
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corroborar esta observación, se utilizó el coeficiente de determinación (R ) para una regresión exponencial (por su
similitud con la tendencia de la figura 3) el cual muestra un valor del 76% (siendo más bajo que 80%). Cabe notar que
esta grafica se organizó por frecuencia de datos, y si comparamos todos los datos individuales del IMC encontramos una
tendencia más difusa (como muestra la figura 4):
Figura 4: Gráficas de regresión exponencial del promedio de VC por clasificación de IMC, y de los valores individuales
de VC por IMC de cada candidato
El coeficiente de determinación exponencial para la gráfica que muestra cada dato individual es de sólo 4,3%
(0,0043), y la de Pearson es de 6%, a pesar de que la regresión realizada para los datos organizados en frecuencias se
acerca en una mayor medida a 80%. Una posible explicación de este comportamiento es que en la muestra tomada,
debido a que no se controlaron (clasificaron) los individuos en categorías como (precisamente) el peso, la altura o la
edad, la población no es homogénea.
Dado el coeficiente para la gráfica que agrupó las medias de VC, quedamos en duda si efectivamente existe una
relación entre las variables. Para resolver esta inconformidad podemos discutir las razones en Biología. Es común que
personas con mayor rendimiento (con buenos hábitos alimenticios, combinado con una frecuencia considerable de
tiempo de ejercicio) tengan una mayor capacidad pulmonar ya que están adecuados a condiciones forzosas físicamente.
Por ejemplo, aquellos que realizan frecuentemente deporte, fortalecen la Maniobra de Valsalva, que consiste
precisamente en espiraciones forzadas luego de inspiraciones máximas (incrementando la presión dentro del pulmón a
más de 150 mmHg), equilibrando la Caja Toráxica para que no interrumpa la respiración (Ramón, n.d.). Empero, el hecho
de ser “delgado” o “normal” no necesariamente significa ser físicamente eficiente, ni tener un índice corporal mayor a 25
significa ser una persona sedentaria. Las razones de esto es que la masa presentada en la báscula, está compuesta por
masa muscular, contenido lipídico, agua, u otros componentes del cuerpo; por tanto, de dicha masa, existen porcentajes
distintos para la grasa y el músculo del cuerpo. En este orden de ideas, una persona puede pesar relativamente alto,
pero si su porcentaje de grasa es bajo, es probable que la mayor parte de su cuerpo sea masa muscular; ergo, la
probabilidad de que tenga un rendimiento significativo es alto. Presumiblemente si se relacionan las variables de
capacidad pulmonar con el porcentaje de grasa, o incluso con el número de horas de ejercicio en determinado intervalo,
pueda resultar en un valor de correlación más alto. Además de esto, de acuerdo al análisis realizado por Luis Alejandro
Pérez (en el cual también se mide con respecto al IMC), la obesidad interfiere en el sistema respiratorio del individuo,
incidiendo, por ejemplo, en la disminución del volumen de reserva respiratorio (VRE), en la Difusión de monóxido de
carbono, en cambios negativos en las dinámicas de ventilación/perfusión (intercambio gaseoso), o en la disminución de
la efectividad de las presiones generadas por los músculos respiratorios. Cabe mencionar que el estudio integra al
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