Crear o morir Gastón Acurio | Page 6

Jordi Muñoz y el movimiento de los makers Jordi Muñoz era un joven de 20 años sin rumbo en la vida, sin carrera, ni ningún título universitario, Muñoz y su novia iban a tener un hijo no planeado, por el enojo de sus respectivos padres Muñoz y su novia, Priscila, se fueron a vivir a Estados Unidos. Priscila tenía la residencia en este país, al contrario de Jordi quien se quedaba en su casa día tras día esperando los papeles para poder empezar a trabajar, en su casa no hacía más que cuidar a su hijo y escribir blogs de computación y robótica. La exceptiva de vida de Muñoz nunca fue llegar a ser millonario ni cerca de eso, lo que él nunca espero fue que su pasión por su aeronáutica lo llevaría al éxito. Jordi Muñoz no fue un buen estudiante en la secundaria, padecía de déficit de atención por lo que siempre hacia travesuras y lo amonestaba. Jordi comenta que siempre estaba pensando en aviones, que le gustaba armar y desarmar cosas todo el tiempo, que incluso sus vecinas traían sus licuadoras para que él se las arreglara. Jordi recuerda que desde muy niño inventaba cosas, ya a los 10 años había ingeniado su primera bomba. Logro terminar la preparatoria y trató de estudiar en una universidad, sin embargo, sin éxito tuvo que dejar su carrera por el embarazo de su novia. Empezó a escribir en blogs y ahí entro a un blog dedicado a los drones con apenas 14 personas. Muñoz creo una plataforma en donde volaba a un helicóptero con un control remoto, plataforma que costaba 500 dólares en el mercado el lo fabrico gracias a sus videojuegos y otros elementos a apenas 30 dólares, los integrantes del blog quedaron fascinados.