acogedor ambiente de formación.
En concreto, no debemos seguir pensando que los adultos
estamos exentos de responsabilidad sobre la actualidad vio-
lenta de los jóvenes. La cual, ubica parte de sus fundamentos,
en las conductas transmitidas por los adultos con los que con-
viven esos jóvenes violentos.
Por ello, el papel del adulto formador es fundamental. De-
bería mínimamente actuar con autenticidad, no tiene sentido
ni utilidad pedagógica que un conductor promulgue actitu-
des antiviolencia si su comportamiento demuestra que no es
capaz de aceptar y trabajar por la paz. Poseer competencia
implica que el docente se instruya previamente en las estra-
tegias de regulación de los conflictos. Esto le permitirá mani-
festar consideración aceptando a todos los jóvenes a quienes
conduce como personas dignas de todo respeto.
Mas allá del conocimiento que pueda adquirir, o el nivel
de destreza que llegue a desarrollar sea académico o en un
deporte, si el formador se compromete con características
de competencia, autenticidad y está atento con la suficiente
consideración a quienes está formando, de ello dependerá el
desarrollo integral de estos jóvenes a futuro y de su rol en la
sociedad.
¡Piensa bien y saldrá bien!
PIENSA BIEN Y SALDRÁ BIEN!
DANIEL OLGUIN – SOMOS LO QUE HACEMOS
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