regalado mi marido por la mañana . Era el día de mi cumpleaños . El regalo del hijo llegó más tarde y fue la guinda que colmó el pastel . Me envió un haiku , un breve poema , con la primera palabra de las sesenta que me había pedido el día antes . La belleza del poema encendió luces en mi cerebro . Me invitaba a escribir . Sentía una profunda paz interior .
A los pocos días ingresaba en el hospital por una mala praxis médica . Una simple endoscopia había desencadenado una hemorragia interna , de esas silenciosas que pasan desapercibidas si no estás atenta a las señales de tu cuerpo que te dice que no puede más , que vas a colapsar . Por si acaso , en vez de ir al trabajo te encaminas a urgencias , al hospital . Eso y un par de libros salvaron mi vida . Uno se titula 22 cartas extraordinarias . Me lo regaló una de mis adorables y muy queridas exalumnas , y ahora excelente profesora de inglés , con una emotiva dedicatoria : « Que tu gran corazón siga adentrándose así de bien , con ese modo tan cálido y poco invasivo en la esencia de los que sufren y padecen . Gracias por tus caricias desde el corazón cuando menos necesitaba palabras vacuas y miradas compasivas ». Nadie mejor que ella sabe dar caricias desde el corazón . Espero ver publicados muy pronto los cuentos que escribió para su niña desde lo más profundo de su ser .
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