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LA DISTRIBUCIÓN
DE LAS PLANTAS
EN EL HUERTO
Bancal 1:
Solanáceas (berenjenas, pimientos y tomates).
Al planificar el espacio que vamos a destinar
a nuestro huerto, debemos tener en cuenta
una serie de factores: las necesidades nutritivas, lumínicas y de compatibilidad entre las
distintas familias de plantas.
Bancal 2:
Liliáceas (ajos, cebollas y puerros) y Umbelíferas (apio, perejil y zanahoria).
Por ello, es conveniente aplicar una rotación de cultivos dentro de las parcelas en
que dividamos nuestro huerto. En un huerto
en macetas, podemos seguir la rotación
marcando con un número cada una de las
macetas para que nos sirva de guía.
Bancal 3:
Compuestas (lechugas y escarolas), Cucurbitáceas (calabazas, calabacines, melones,
sandías), Quenopodiáceas (acelgas y espinacas).
Aparte de las distancias que debemos guardar entre plantas, es conveniente saber que
no todas las variedades de hortalizas pueden
ser cultivadas unas al lado de las otras.
Bancal 4:
Crucíferas (brócoli, coles y coliflores, rábanos)
y leguminosas (habas, judías y guisantes).
Es aconsejable dividir el huerto en cuatro
bancales y aplicar alguno de los distintos
métodos de rotación de cultivos. Uno de los
más habituales es el de familias botánicas.
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