G: Álzate, un subordinado no eres,
no me veas como maestro o superior, ya que ambos somos igualmente capaces y conscientes. Ahora sin
más, te pido me sigas la corriente
con la metafísica...
F: Aprecio tu interés
en mi
presencia y comprensión, por favor prosigue...
Gideus entonces le dispuso a Fedinos innumerables citas, valores, algortimos y discursos. Pero
Fedinos no hacía mas que escuchar, Gideus
sentía que Fedinos había adquirido esa “cualidad” suya de pensar
para si mismo y la
ejercía cada vez que Gideus comenzaba a a hablar, solo que sus estándares y propósito no le permitían
ejercer toda la indiferencia que
quizá “sentía” Fedinos.
Gideus entonces lo hizo explotar, dejando atrás solo
conocimiento y una costilla. El titán no volvió mas a ver hacia la
ventanilla, lentamente empezaba a contorsionarse y recargar la
barbilla en sus dedos empuñados tal cual pensador. Sin más
que reflexionar que dilema fue el existir con otros.