Corozyie 0.07 | Page 11

sabor de la gelatina. Solo permanecía el ansía de un sentido divino; ese sentido que inmovilizaba a todos los demás, esposándolos a tablas perpetuas del olvido. Así es como todos nos manteníamos tragando grandes bocanadas de esperanza, aun cuando ya no podíamos movernos. Por ello, no sentimos cuándo fue que nos expandíamos, sólo intentamos volver a patalear, algunos perdimos el miedo para comenzar a flotar y ver nuestra piel aislarse en numerosas partículas. Hechos átomos volamos, pasamos universos, con el cosmos, en épocas interminables para llegar después a Tierra Nueva. Tierra con pasto mojado del rocío en un amanecer. Era hora de acoplar cada una de nuestras partículas y una a una, repoblar la Tierra. (9