Corozyie 0.07 | Page 10

Viaje. Despertamos en un gran espacio negro, desnudos y seminconscientes. Repletos de una cubierta negra. Uno a uno recobramos el aliento, fui de las primeras, de las últimas no sé, pero al final ya todos estábamos en pie. No hablábamos el mismo lenguaje: nos comunicábamos en el brillo de los ojos, con el palpar de nuestras pieles, con esa cobertura viscosa que se nos había impregnado. Empezamos pataleando en minúsculos movimientos, ahí comprendimos (en silencio) que no sentíamos hambre; teníamos sueño; sufríamos dolor ni advertíamos dicha alguna. Calculo que permanecimos ahí por unos tres mil años y con el paso de este tiempo indolente los sentidos empezaron a apagarse: la locura menguaba; el tacto desfallecía; no había ya ningún aroma; tampoco recordaba el (8)