No me lo digas, porque me destrozarías el alma…
Decir que ya no me amas… ¡No me lo
digas,
porque
qué
indolente
serías!
Borrar fotos, quemar cartas, devolver obsequios...
Eso déjaselo
a amores novatos, pero no a nosotros, porque qué ingenuo sería.
Querer devolvernos la sonrisa,
decirnos que hay que ser amigos,
creer que podemos volver a mirarnos a los ojos…
Eso déjaselo
amores sin espinas, pero no a nosotros, espadas y dagas, porque
qué cínico sería.
Hacer como que no nos conocimos,
como que nunca pasó nada, como que
no nos quisimos… Eso déjaselo a
amores baratos, porque entre nosotros, qué pretencioso sería.