Para darle forma a
las nubes
No hay nada como recostarse en
el pasto, sentir como pica en tu
piel,
contemplar
las
nubes,
perder el tiempo, verse chiquito. Comer helado. Apachurrar
Twinkies ya extintos y ver su
relleno en los cielos, donde
ahora moran sus almas inocentes.
Nuestro cerebro siempre le dará
forma a figuras, aunque sean
amorfas, los científicos nombraron este fenómeno pareidolia
y ya se creen muy inteligentes
por esto. Pero seguimos sentados
en el pasto, tocando el cielo,
viendo sus explosiones, dejándole a otros la pena en olvidarse del sinsabor de la goma de
mascar que hemos rumiado todo el
día,
abriendo
una
galletita
asiática
para
encontrar
ahí
nuestra suerte, que en realidad
no son asiáticas, y no me creo
mucho por saber esto… Sólo hay
que perdernos en el dulce de las
nubes, en el punto indivisible
donde el aire no avanza, pero
tampoco piensa anochecer.