Realización:
Técnicamente, las cookies son
trozos de datos arbitrarios
definidos por el servidor web y
enviados al navegador. El
navegador los devuelve al
servidor sin modificar,
reflejando así
un estado (memoria de eventos
anteriores) en las transacciones
HTTP, que de otra manera
serían independientes de ese
estado.
Sin las cookies, cada petición de
una página web o un
componente de una página web
sería un evento aislado, sin
ninguna relación con el resto de
peticiones de otras páginas del
mismo sitio. Pero devolviendo
una cookie al servidor web, el
navegador proporciona al
servidor un medio para
relacionar la solicitud de la
página actual con solicitudes de
páginas anteriores. Además de
ser definidas por un servidor
web, las cookies también
pueden ser definidas por
un script en un lenguaje
como JavaScript, si éste está
soportado y habilitado en el
navegador web.
Las especificaciones de cookies
sugieren que los navegadores
deben soportar un número
mínimo de cookies o una
cantidad mínima de memoria
para almacenarlas. En concreto,
se espera que un navegador sea
capaz de almacenar al menos
300 cookies de 4 kilobytes cada
una y al menos 20 cookies por
servidor o dominio.
El servidor que establece
la cookie puede especificar una
fecha de borrado, en cuyo caso
la cookie será borrada en esa
fecha. Un sitio de compras
podría querer ayudar a clientes
potenciales recordando las
cosas que había en su cesta de
la compra, incluso si cierran el
navegador sin realizar la compra
y vuelven más tarde, para evitar
que tengan que buscar los
productos de nuevo. En ese
caso, el servidor crearía
una cookie con fecha de borrado
según el deseo del diseñador del
sitio web. Si no se define una
fecha de borrado, la cookie es
borrada cuando el usuario cierra
su navegador. Por lo tanto,
definir una fecha de borrado es
una manera de hacer que
la cookie sobreviva entre
sesiones. Por esta razón,
las cookies con fecha de borrado
se llaman persistentes.