38 María A. Cisneros Zerpa
Reflexión: Mi padre es un gran Maestro de Luz que vino a
hacer su trabajo desde su posición e imposición. Hoy en día
no juzgo sus formas, simplemente fue lo que aprendió en su
experiencia de vida y lo que transmitió desde su sabiduría.
Yo lo acepto y lo amo como fue y es, allí donde se encuentre.
¡Gracias papá!
Al cabo de un tiempo, después de la muerte de mi padre
empecé a conocer más facetas de él. Mi madre me contaba que
él visitaba casas para «hacer limpiezas» y una de esas casas era
muy visitada por nosotros cuando era pequeña. Recuerdo que
era muy grande y, la verdad, algo tenebrosa. También empecé
a descubrir que los sueños traían mensajes para mí y hasta me
dejaban ir hacia otra dimensión, e incluso a un tiempo futuro.
La primera experiencia tangible fue con mi novio de la universidad.
Antes de conocerlo, yo había tenido un sueño: me
veía bajando por las escaleras de una casa muy grande y de la
sala de enfrente salía un hombre. Al cabo de un tiempo, salía
con unos amigos de mi hermana, en una fiesta de año nuevo.
Decidimos ir a recoger a un amigo en su casa. Yo pedí usar el
baño y me dijeron que subiera al baño de arriba de la casa.
Cuando bajé por las escaleras, justo daban a la entrada de la
cocina y venía saliendo él, Ignacio, quien sería mi novio y una
persona muy especial durante un tiempo en mi vida.
Así también conocí la universidad donde iba estudiar años
más tarde, incluyendo a mis compañeros y profesores. Lo
había soñado todo perfectamente. Y así en infinidad de sitios:
el trabajo, algunas casas, salidas a la montaña o a la playa…
Simplemente ya había estado en todos esos lugares antes, lo
estaba reviviendo.
En diciembre del año 1998, aún estaba en la universidad
cuando fueron las elecciones en Venezuela y se postulaba como