Cuando el proceso se mueve de las razones explícitas de éxito y
donde los participantes tienen qué reflexionar sobre qué es lo que
usualmente nunca piensan, el flujo de factores puede reducirse. Es
entonces cuando los investigadores deben animar a los
participantes a pensar en ejemplos de cómo desarrollan el factor
que recién enunciaron, o que digan historias sobre el factor, o usen
metáforas para explicar cómo las palabras del factor se ha
argumentado para ayudar a expresar lo inexpresable.