Congresos y Jornadas Didáctica de las lenguas y las literaturas. | Page 310
Por último, para trabajar en clases, pueden analizarse con mayor detenimiento dos
casos cuya interpretación es doble:
a. El valor de la forma ‘se’ junto al verbo ‘dar’. En tal sentido, si al verbo le asigna-
mos valor pronominal (como algo se dio, es decir, sucedió, existió) el ‘se’ adquiere valor
de cuasirreflejo. En la frase del diario, la filtración sucedió (por sí misma). Pero por otro
lado, si el verbo ‘dar’ asume carácter transitivo (en el sentido de alguien dio, entregó, algo
a alguien), el ‘se’ aparece como pasivo. En el ejemplo del periódico, la presencia de sin-
tagma nominal en posición inicial y concordante con el verbo admite esta segunda inter-
pretación. Además, reforzaría la interpretación pasiva de afectación omitida con ausencia
de agente la nominalización (filtración) que tiene, a su vez, el rasgo de sintetizar dos even-
tos en uno, cancelando el origen o responsable del proceso.
b. Como en el caso del verbo ‘dar’, nuevamente se nos presenta una forma ambigua
en ‘filtrar’, que también habilita la doble posibilidad de interpretación. En tanto verbo
transitivo (alguien filtró=divulgó indebidamente información secreta o confidencial) el
‘se’ resulta ser pasivo. Pero como verbo pronominal (algo se filtró (él mismo o por sí mis-
mo), cabe la valoración como ‘se’ cuasirreflejo. La afectación varía, así, en un grado.
5.
Conclusiones
En el trabajo hemos procurado presentar un agrupamiento de los ‘se’ basado en una
categorización léxica, que incluye un mínimo de dispositivos para la identificación de sus
diferencias a fin de lograr una sistematización que tuviera en cuenta sus delimitaciones
formales y, simultáneamente, ofrecer una perspectiva de integración para abordar estas
formas. La naturaleza léxico-semántica del enfoque es el punto de partida y de llegada de
la formación gramatical: desde el significado a las formas y de las formas al significado.
En el ámbito de la enseñanza, la temática es de relevancia para los usuarios del len-
guaje, para esos sujetos que son los destinatarios de la formación lingüística, a los que
queremos hacer más críticos, más expertos. Si bien se trata de formas mínimas, ellas apor-
tan, refuerzan y enfatizan el ‘sentido’ de un texto ya que ratifican nuestras intuiciones
acerca de la postura discursiva y orienta a poder ubicar y calificar los actores de los even-
tos expresados en un discurso. Con todo ello, estamos adhiriendo a Wodak, quien expresa
que “... los dispositivos de la gramática sistemática [...] tienen la función de establecer,
manipular y naturalizar las jerarquías sociales.” (Wodak, 2003: 19). Los usos sociales del
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