Congresos y Jornadas Didáctica de las Lenguas y las Literaturas - 2 | Page 185
presentaciones culturales, por cuanto es una práctica significante o
productora de sentido”.
Me pregunto cómo podemos, entonces, encarar la enseñanza de
la lengua y la literatura desde una perspectiva de género que nos
permita problematizar viejos sentidos y construir nuevos, atendiendo a las lecturas que hacen los y las alumnos/as de los textos literarios. Entender la lectura como una práctica social y cultural
productiva en la que se negocian significados puede ser una clave
que nos ayude a responder esta pregunta. Esta negociación de significados en el aula se da en el diálogo entre los y las estudiantes, el
texto y el/la docente. Desde esta perspectiva toda lectura se realiza
desde una posición social e histórica de los lectores, por lo tanto ya
no habría una sino varias lecturas en plural a partir de las cuales se
negocian los significados.
Carolina Cuesta (2013) cita a Fittipaldi para recuperar los modos
de leer de los alumnos desde las experiencias y saberes particulares
que éstos aportan: “Muchas veces los sujetos leen lo literario desde
una mirada que enfatiza en las propias búsquedas, en los anhelos,
que se sumerge en las angustias o busca dar respuesta a estas.”
Rockwell retoma la categoría de apropiación de Chartier para
hacer referencia a la pluralidad de usos, la multiplicidad de interpretaciones y construcción conflictiva del sentido que se da en las
lecturas que realizan los sujetos desde sus propias vivencias y experiencias. Estos modos de apropiación jerarquizan, consagran o desacreditan los bienes culturales.
Me interesa traer a colación tres experiencias de lectura de textos literarios en aulas platenses en la que los/as alumnos tensionan
los sentidos unívocos de los textos desde sus propios sentires y exInvestigación y Práctica en Didáctica de las Lenguas
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