Congresos y Jornadas Didáctica de las Lenguas y las Literaturas - 2 | Page 1107
Capítulo I
Aspecto físico de la República Argentina y caracteres, hábitos e
ideas que engendra […] Las ciudades argentinas tienen la fisonomía
regular de casi todas las ciudades americanas: sus calles
cortadas en ángulos rectos, su población diseminada en una ancha superficie, si se exceptúa a Córdoba, que edificada en corto y limitado recinto, tiene todas las apariencias de una ciudad europea, a
que dan mayor realce la multitud de torres y cúpulas de sus numerosos y magníficos templos. La ciudad es el centro de la civilización
argentina, española, europea; allí están los talleres de las artes, las
tiendas del comercio, las escuelas y colegios, los juzgados, todo lo
que caracteriza, en fin, a los pueblos cultos. La elegancia en los modales, las comodidades del lujo, los vestidos europeos, el frac y la levita tienen allí su teatro y su lugar conveniente. No sin objeto hago
esta enumeración trivial. La ciudad capital de las provincias pastoras existe algunas veces ella sola sin ciudades menores, y no falta alguna en que el terreno inculto llegue hasta ligarse con las calles. El
desierto las circunda a más o menos distancia, las cerca, las oprime;
la naturaleza salvaje las reduce a unos estrechos oasis de civilización enclavados en un llano inculto de centenares de millas cuadradas, apenas interrumpido por una que otra villa de consideración.
Buenos Aires y Córdoba son las que mayor número de villas han podido echar sobre la campaña, como otros tantos focos de civilización y de intereses municipales: ya esto es un hecho notable.
El hombre de la ciudad viste el traje europeo, vive de la vida civilizada tal como la conocemos en todas partes: allí están las leyes, las
ideas de progreso, los medios de instrucción, alguna organización
municipal, el gobierno regular, etc. Saliendo del recinto de la ciuInvestigación y Práctica en Didáctica de las Lenguas
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