3. ¿Habría que rejuvenecer estas dos figuras para ofrecerlas hoy al mundo?
¡Buena pregunta! Los trinitarios estamos acostumbrados al “consumo interior” de nuestros santos, de nuestra espiritualidad, de nuestras cosas. Somos una orden un poco “autoconsumista”. Por ejemplo, rara vez producimos un libro sobre nuestra Orden o nuestros santos en una editorial o en un medio de comunicación “universal”. Salvo excepciones, en una librería religiosa, de cualquier nación donde estamos presentes los trinitarios, será imposible encontrar una biografía o una imagen de san Juan de Mata; quizás san Juan Bautista de la Concepción tenga más suerte en ese sentido, en cuanto a la difusión de su obra literaria.
En fin: los trinitarios tenemos que convencernos de que “nuestros santos Juanes” no nos pertenecen, no son propiedad, ni de los trinitarios ni de la familia trinitaria. Son de la Iglesia para la Humanidad, son dos encarnaciones del Evangelio, son dos buenas noticias para el mundo… y son dos deudas que los trinitarios tenemos con la Iglesia y con el mundo.
Por tanto, presentar a nuestros Padres como un servicio a la Iglesia y a la sociedad es eso, un servicio, y no tanto un acto de complacencia narcisista. Como punto de partida creo que estaría bien ese planteamiento. Y muy en breve: san Juan de Mata es buen maestro y compañero de camino para quienes buscan a Dios en el servicio concreto del hombre. La experiencia de san Juan Bautista es algo realmente impresionante, la suya es una lección de vida, donde las cosas divinas y humanas están integradas en una armonía muy interesante.
4. Finalmente, ¿cómo presentarías a los jóvenes en formación a nuestros dos santos?
Lo primero, no apuntándonos al batallón de los perezosos. Es decir: no hay que acercar los santos a los jóvenes, sino los jóvenes a los santos. Hay que conocer bien su ambiente, su cultura, su sociedad, su Iglesia, su espiritualidad… para poder conocerlos mejor. Eso no tiene por qué ser aburrido… es evidente el interés que la novela histórica suscita entre los jóvenes y menos jóvenes de nuestro tiempo… Yo no digo que nos dediquemos a la novela histórica, pero sí que aprendamos a tener un poco de pedagogía para que los jóvenes tomen GUSTO por conocer la vida y el mensaje de nuestros Santos Padres.
5
800
Centenaries
400
Creo que hay buenos instrumentos para conocer las biografías de ambos santos, la obra, los escritos (en el caso de san Juan Bautista), la espiritualidad… Se trata de aprovecharlos, de trabajarlos con paciencia y constancia, sin prisas y con método, para después, con un poco de fantasía y buen hacer, poder presentarlos de un modo que pueda ser atractivo para los más jóvenes.
Creo, en fin, que hay que insistir en que para un trinitario el conocimiento y el afecto hacia nuestros Santos Padres es algo fundamental, esencial, irrenunciable. Son una referencia obligada en nuestra identidad trinitaria. Tenemos que aprovechar estos centenarios para conocerlos, más y mejor.