Ho passato 8 anni ad Anosibe An’Ala. Là ho costruito una sala parrocchiale e una casa per i catechisti, un edificio di 30 metri. Visto questo successo edilizio i superiori mi hanno chiamato a dirigere la costruzione del Tempio alla Trinità a Moramanga.
Nel 1981 fui chiamato nella Capitale come Superiore, Delegato Generale e Maestro dei giovani chierici. Ma, appena due anni dopo, sono stato coinvolto a operare nelle carceri di Antananarivo come cappellano.
Nei primi tempi la mia azione era solo a carattere religioso e spirituale. Negli ultimi anni abbiamo lavorato nel campo giuridico a difesa dei diritti umani, tanto che sono stato fatto membro della prima Commissione nazionale dei diritti umani del Madagascar, unico non malgascio.
L’attività delle carceri, che proprio non pensavo di fare, mi ha preso più di tutto, non per bravura mia, ma perché un insieme di circostanze e di persone provvidenziali che si sono associate a collaborare, hanno fatto sviluppare un organismo multifunzionale l’ACP (Aumônerie Catholic des Prisons) a favore dei carcerati, delle loro famiglie, specialmente dei figli e dei ex detenuti, ecc.
Confrontando l’opera sorta e le mie limitate capacità ho capito il grande Amore di Dio-Trinità per la sofferenza disumana, atroce, ingiusta a cui erano sottoposte tante persone che per la maggior parte avevano la sola colpa di essere poveri. Un’opera carismatica trinitaria riconosciuta da tutti i vescovi locali.
Creador”, y terminar con la adoración al Santísimo Sacramento, todo animado por los jóvenes “Vittoria di Dio”.
El sábado 15 de diciembre, continuando con el espíritu de nuestros padres, tal como reza el lema del Centenario, algunos miembros de la Curia participaron en el encuentro con los pobres que cada sábado reciben en uno de los salones de la parroquia un bocadillo con refresco y el alimento de la Palabra de Dios. Ese día, como el día anterior se celebró el Santo Trisagio y la Eucaristía, en la cual, durante la homilía, se hizo una catequesis sobre el tema “Creo en Jesucristo, Hijo del Padre y liberador del hombre”.
El domingo 16, por su parte, a las 18.00, después de la adoración eucarística, animada por la Tercera Orden Trinitaria, se celebró la eucaristía, presidida por Mons. Matteo Zuppi, obispo auxiliar para el sector Centro de la diócesis de Roma, el cual abordó el tema del Espíritu santo, aliento vital en la Iglesia. Posteriormente se tuvo un concierto con instrumentos musicales medievales.
El 17 de diciembre, como ya fue anunciado numerosas veces, la solemne eucaristía de acción de gracias y alabanza por tan excelso don conferido por el Señor a la Orden, fue presidida por el cardenal Joâo Braz de Aviz, Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada. Concelebraron nuestros dos obispos en Madagascar, Mons. Antonio Scopelliti y Mons. Gustavo Bombín; todo el Consejo General Ampliado, encabezado por el P. Jose Narlaly, Ministro General; las Madres Generales de la Familia; los representantes del Laicado Trinitario junto con un sinnúmero de laicos, religiosos y sacerdotes que se unieron a este momento festivo.
Santo Tomás in Formis
El martes 18 de diciembre, dentro del marco de la celebración del último Consejo General Ampliado de este sexenio, el P. Thierry Knecht, osst., rector de la Iglesia Santuario de Santo Tomás in Formis, ha preparado el concierto del grupo musical Kamema, cuyos miembros son oriundos de Madagascar y residentes en Roma. Este grupo, compuesto por auténticos profesionales de la música, ofreció piezas populares de la Isla Roja y de otros lugares geográficos, y otras más de corte religioso. Un nutrido grupo de personas asistieron al concierto.
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Gracias de antemano
Durante la Misa de apertura. El Cardenal Joâo Braz de Aviz, acompañado de Mons. Antonio Scopelliti y Mons. Gustavo Bombín, y de los PP. Jose Narlaly, Ministro General de la Orden, y Pablo Ordoñe, Superior General de la Orden de la Merced.