Comunion Revista Comunion nº 31 - 2012 | Page 12

Capitolo Provinciale degli Stati Uniti

Informiamo la Famiglia Trinitaria che dall’8 al 14 ottobre, si sta celebrando il Capitolo Provinciale Ordinario della Provincia degli Stati Uniti, nel Centro di Spiritualità di Pikesville (MA), sede della casa provinciale. Gli ultimi 3 anni, il ministero provinciale è stato ricoperto da P. Edward Owens, a cui, insieme al suo staff, rivolgiamo il nostro ringraziamento per il lavoro svolto.

Una misión en la casa que fue la fuente de mi vocación trinitaria

Me llamo Edwin Neyder, soy peruano, tengo 20 años y me encuentro en el tercer año de postulantado de Lima. Mi vocación está muy relacionada con la presencia de los Trinitarios en el Muyo y Santa Rosa de donde procedo. Recuerdo que estaba finalizando la secundaria cuando empecé a pensar en mi futuro y así me preguntaba: “¿Y si yo fuera sacerdote para servir a Dios y servir a mi pueblo?”. Tras un tiempo de acompañamiento vocacional hice el primer año de aspirantado o postulantado en la casa

misión El Muyo junto a los padres Catalino, Andrés y el hermano Orlando. Con ellos descubrí la riqueza de la comunidad trinitaria que comparte y sale al encuentro de los pobres, enfermos y campesinos alejados.

Ciertamente esta última Misión que hemos realizado junto al padre Catalino y mis compañeros Eder Alexi y Lucio, me ha marcado mucho en mi vida. Cuando me comunicaron que íbamos de misión al Muyo, me llené de alegría por volverme a encontrar con esa casa que fue donde inicié mi seguimiento vocacional. De nuevo me iba encontrar con la exuberante naturaleza de la selva y con la humilde gente campesina de mi tierra.

Misionar es compartir la fe y la vida con los pobres. Empezamos la misión en el caserío de Soldado Oliva en donde la gente se llenó de mucha alegría al llegar a ellos.

Aquella tarde fue una familia muy sencilla y pobre la que compartía con nosotros la cena. En aquellos rostros pobres pero muy felices, me dí cuenta que la gente estaba

sedienta de Dios. De ahí fuimos a visitar varios caseríos. El trayecto para llegar a estos pueblos alejados no era fácil, había que caminar más de dos horas azotados por el calor del sol. El camino era de barro, y la lluvia era amenazante; pero no nos podíamos detener pues nuestro objetivo de la misión era compartir la fe y la vida con esas familias campesinas; era también llevar un mensaje de esperanza a las familias humildes y sencillas.

Día a día fui descubriendo en la Misión que el creer en Dios y compartir la fe con los campesinos, nos hacía semejantes y hermanos de ellos. No pueda olvidar aquella gran concurrencia y respuesta de los niños que se acercaban corriendo y felices hacia nosotros. En estos días he entendido que “la misión es llevar a Jesús a los corazones humanos necesitados de escucharlo”. ¡Ojala que los Trinitarios puedan volver de nuevo al Muyo u a otro lugar misionero de Perú!.

Testimonio de un postulante trinitario peruano