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IV Centenario de la fundación de San Carlino alle Quattro Fontane
(1612 – 2012)
- I -
A todos los religiosos que han pasado por San Carlino.
Por los soles aquí compartidos.
P. Pedro Aliaga (autor)
Una comunidad al servicio de la Sociedad
Desde su fundación hasta finales del siglo XVIII, los trinitarios de esta Casa contribuyeron eficazmente con la redención de cautivos del Estado Pontificio, siendo lugar de referencia (junto con otras instituciones redentoras romanas, como la Cofradía del Gonfalone) para esta actividad redentora. Significativo ha sido el servicio prestado a los españoles en Roma, tanto a peregrinos (en alguna época hubo una pequeña casa de acogida para ellos), como a residentes (la colonia española fue siempre de las más numerosas de Roma) y señaladamente a exiliados y artistas. La presencia en San Carlino de Alfonso XIII, de su hijo don Juan de Borbón y de la Familia Real en el exilio, podría ser un símbolo de muchos momentos, felices y tristes, vividos en nuestra casa por los españoles en Roma, residentes o de paso.
La tradicional hospitalidad de nuestra comunidad trinitaria (según los límites de sus estrecheces) vivió sus momentos más difíciles y heróicos cuando sus puertas se abrieron para ocultar en la clandestinidad a refugiados judíos, políticos y a algún joven en edad militar, durante la ocupación nazi de Roma, en 1943, ayudándoles a escapar de la deportación a los campos de exterminio o de la encarcelación. En tiempos más recientes, un espacio de la Casa fue reservado a habitación para refugiados políticos por razón de conciencia o religión, procedentes especialmente del bloque soviético: fue el «Centro Jesús Nazareno», cuya actividad perduró hasta 1993.
En nuestro tiempo, San Carlino es un lugar visitado por millares de personas de todo el mundo, deseosas de admirar la obra maestra de Borromini. El visitante de San Carlino es de perfil culto; las categorías más asiduas son las de profesores y
estudiantes de arquitectura, historia del arte y restauración. Los más grandes arquitectos del mundo hacen su aparición frecuente por nuestra iglesia y claustro; las más importantes cadenas de televisión han filmado documentales (e incluso alguna película) en los ambientes borrominianos, que han inspirado creaciones musicales, literarias, pictóricas, y siguen siendo motivo de inspiración para edificios señeros de la arquitectura contemporánea, donde la referencia a San Carlino significa apuntar muy alto… Los frailes somos espectadores del interés que suscita nuestra casa en el mundo, muchas veces sorprendidos por circunstancias tales como la visita inesperada de un jefe de Estado o de un magnate de la arquitectura, el rodaje de un documental para la BBC o las curiosidades de una masa de gente, impresionada por algún capítulo de algún best-seller mundial cuya acción trascurre en nuestro convento…