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Recuerdos y anécdotas del P. José Gamarra, osst. Un testimonio de oración, escucha, humildad y sonrisa
delgado y calladito, sólo sonreía… Y ciertamente los periodistas se equivocaron y se dirigieron al P. José Atucha como General en lugar del P. Gamarra…. ¡ja, ja!... Una de tantas anécdotas que hablan de la humildad y sencillez del P. José aún siendo General de la Orden.
Vi bailar alegremente al P. José Gamarra
Otra anécdota que jamás olvidaré fue cuando aquí en Lima, le invitamos a inaugurar el comedor en el pueblo joven El Rescate. Tras la oración de bendición y sus palabras de “ánimo y adelante con Dios en este trabajo de solidaridad con los más pobres”, vino la fiesta, la comida, el trago y el baile… Ahí estaba el P. José, feliz y contento de compartir esos momentos con los más pobres… Una viejita se acercaba a él y en su lenguaje quechua le decía: “¡Gracias padrecito por acordarse de nosotros!”. Y ahí vi al P. José, gran General de la Orden como otro Cristo, humilde, pequeño, sencillo, ahí le contemplaba escuchando con mucho respeto, cariño y ternura a esa pobre mujer peruana.
Y como en Perú no hay misa ni celebración sin fiesta y sin baile… Llego la hora del baile y el P. José no se retiró, ahí estaba con su habito trinitario feliz y contento, contemplando como los pobres estaban felices y contentos. Una señora le sacó a bailar y él, que estaba a mi lado, no lo pensó dos veces y con su habito comenzó a bailar unos huainos… Después en broma le dije: “¡P. José, que pensarían en Roma si le vieran a usted bailando con una mujer!” Él simplemente me miró, sonrió y me dijo: “Ángel, ahora no estamos en Roma sino aquí en Lima, compartiendo la alegría de esta pobre y buena gente; creo que Jesús haría hoy lo mismo”.
Al finalizar la misa, pedí perdón a Dios por el despiste que hoy tuve de concentrarme más en los recuerdos del P. José que en la misma misa. Pero creo que ni Dios ni el P. José que está a su lado, me van a condenar por este pequeño despiste.
¡Gracias P. José por el ánimo y testimonio de vida que recibimos de su parte tantos jóvenes trinitarios como el que escribe!
P. Ángel García Rodríguez.
Lima (Perú)
Hoy celebrando la misa en el convento de nuestras hermanas Trinitarias de clausura aquí en Lima, tenía sobre el altar la intención de la misa: “Por el eterno descanso de nuestro querido Padre José Gamarra que fue General de la Orden... intención de la comunidad de HH. Trinitarias”.
Mientras tomaba la hostia en mis manos, no pude contener mis sentimientos y recuerdos hacia el P. José Gamarra. Le conocí por primera vez siendo estudiante allá por el año 1977, en una visita a Madrid en donde entonces él era maestro de novicios. Su sonrisa, acogida y actitud de escucha fue lo primero que me quedó grabado de este buen trinitario que conocía.
Ya después me encontré con el P. Gamarra aquí en Lima por el año 1985 cuando era General de la Orden. Recuerdo aquella anécdota que nos contaron y que le ocurrió en el aeropuerto de Santiago… Fueron distintos periodistas a entrevistarlo a su llegada al aeropuerto, él iba acompañado del secretario que le puso el Vicariato en su recorrido por América; era el P. José Atucha, alto y grueso, con una gran cruz pectoral en el pecho que ciertamente parecía un obispo. Y a su lado estaba el P. José Gamarra, menudito,