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Nació en Zaragoza (España) el 2 de noviembre de 1767. A los 15 años de edad ingresó en el convento de los Trinitarios Descalzados de Valladolid. Cursó brillantemente sus estudios de Filosofia y Teología en Valladolid y Salamanca.
En 1820 fue enviado a la comunidad de San Carlino (Roma) en calidad de Vicario de la comunidad. En 1824 sustituyó al P. Antonio de San Joaquín como Ministro.
Colaboró con generosidad en la restauración de la Orden en Italia, primero en Palestrina (1825), haciendo de maestro de novicios durante dos años y luego haciendo de presidente (1827) en la casa de Santa María alle Fornaci (Roma).
Ante la muerte del P. Andrés de Santa Inés, acaecida el año 1827, el Papa León XII dispuso que el P. Joaquín de los Santos quedase en el convento de Santa María alle Fornaci como guía y responsable de la comunidad. Para que su labor fuera más eficaz, le nombró un Visitador Apostólico de Mons. Luigi Vannicelli, canónico de San Pedro.
Por este tiempo volvió a la Orden el P. Pedro Sassi, ex capuchino de Loreto. El P. Joaquín de los Santos le consiguió de la Congregación de los Religiosos la dispensa del año de noviciado y la gracia de profesar, después de un año de prueba. Con esta dispensa, il P. Pedro hizo su profesión, tomando el nombre de Fr. Pedro de la Divina Misericordia, por haber recibido la gracia de poder volver de nuevo a la Orden.
Deseando el P. Joaquín volver a su convento de San Carlino, se propuso al P. Pedro como párroco y como presidente de la comunidad. Así, en el mes de noviembre de 1828, el P. Joaquín, aduciendo también problemas de salud, renunció a su cargo de Ministro de la comunidad y se volvió a su casa de Vía del Quirinale.
En el Capítulo General de España de 1833, fue elegido Ministro de San Carlino, pero durante el trienio, precisamente el 13 de mayo de 1835, entregó su alma al Señor y dejó entre los hermanos un testimonio de santidad.
Fray Joaquín de los Santos