Las acciones humanas son fundamentalmente, y en gran
medida irreversibles, cambios en la diversidad de la vida en la Tierra, y la mayoría
de estos cambios representan una pérdida de biodiversidad.
Los cambios en componentes importantes de la diversidad biológica fueron más
rápidos en los últimos 50 años que en cualquier otro momento de la historia de la
humanidad. Las proyecciones y los escenarios indican que estas tasas
continuarán o se acelerarán en el futuro.
Prácticamente todos los ecosistemas de la Tierra
se han transformado dramáticamente a través de
acciones humanas. Más tierras se convirtieron en
tierras de cultivo en los 30 años posteriores a
1950 que en los 150 años entre 1700 y 1850.
Entre 1960 y 2000, la capacidad de
almacenamiento del embalse se cuadruplicó y,
como resultado, se estima que la cantidad de
agua almacenada detrás de las grandes represas
es de tres a seis veces la cantidad de agua que
fluye a través de los ríos en cualquier momento.
La conservación ambiental es la acción de la humanidad para cuidar, proteger y
mantener todos los elementos de la naturaleza como la propia existencia de los
seres humanos, la fauna, la flora, los parques y reservas naturales.
Es decir, esta conservación implica garantizar la preservación del planeta tierra,
por medio de comportamientos y hábitos ecológicos que permitan combatir los
problemas de la contaminación ambiental y el deterioro del medio ambiente.
“Si al que no tiene tiempo para mirar las nubes que vuelan sobre su cabeza, las
hojas que el viento agita, el agua que corre en el arroyo y las plantas que crecen
en sus orillas, le dijera yo, que la vida es triste y me tendría por un loco” Simón
Bolívar