COMUNICACIÓN | Page 119

232 JOHN FISHER Gamarra, identificado luego de su primer gobierno (1829-1833) con Lima y su elite, prefirió aliarse con Chile para destruir la Confederación en 1839, sólo para terminar dos años después su segundo gobierno (1839-1841), al morir durante una expedición punitiva que buscaba incorporar a Bolivia a un Perú gobernado desde Lima.15 El más astuto Tristán, el último presidente realista del Cuzco, permaneció en su Arequipa natal después de 1824, y pasó de ser prefecto allí entre 1832 y 1833 a ser ministro de Asuntos Exteriores de la Confederación entre 1836 y 1837, y presidente provisional del Estado Sud-Peruano entre 1838 y 1839. Al igual que muchos otros arequipeños, Tristán decidió poco después de la batalla de Yungay que el regionalismo del sur peruano era una fuerza agotada, y que el futuro yacía en retirarse de la política y concentrarse en los negocios en la próspera Lima del guano.16 Cuando murió allí, en 1860, la mayoría de los vestigios de la era borbónica —la esclavitud incluida— habían sido eliminados. Para terminar, si deseamos pensar en términos de una periodización, el Perú borbónico como entidad coherente comenzó alrededor de 1750, y si bien concluyó formalmente en 1824, varios de sus rasgos perduraron hasta 1850. No fue sino hasta el final del primer gobierno de Castilla que el Perú republicano comenzó a tomar su forma definitiva, en esencia tanto como en teoría. 15. Wu, Generals and Diplomats, cubre bien la intrincada política nacional de este periodo. 16. Tristán había formado una compañía para comprar el buque Buen Ayre ya en 1808, cuando era alcalde de Arequipa, junto con el cargamento de guano que éste llevaba de Copiapó al Callao: ADA, Protocolos, Rafael de Hurtado (1808), ff. 55-59. LA HERENCIA BORBÓNICA