Comportamiento revista clau | Page 21

Liderazgo asertivo, la cuerda floja entre afectividad y efectividad Por Duálök J. Ordóñez Araya Con este artículo se pretende dar algunas luces al liderazgo moderno, vislumbrando así los dos ejes en los cuales me enfocaré, el liderazgo Nietzcheano y el liderazgo transformacional. Con respecto al primero debemos entender que es un enfoque centralizado en el “übermensch”, es decir el superhombre, a quien Nietzche identifica como una persona capaz de generar su propio sistema de valores. Esto valores, generalmente giran en torno a el nihilismo, la nada, lo cual conlleva a una perspectiva relativista y valora especialmente la multiculturalidad y el pluridiscurso moral. Los líderes que imponen su voluntad sobre los otros para alcanzar metas, ya se trate del más elevado altruismo o del mayor manifiesto del egoísmo, los übermensch rechazan la moral del esclavo, es decir los valores que a juicio de Nietzsche son decadentes como la de sumisión, el sometimiento, la mansedumbre, el conformismo, la docilidad, la pobreza de espíritu, el servilismo, el ascetismo y por ello en su lugar optan por la moral que le va a facilitar el espíritu de dominio. Como lo comenta Nietzche (1891) “el esclavo tiene la voluntad del débil mientras que el übermensch (en este caso el líder) es el que internaliza la voluntad de poder, el übermensch es donde la especie se transmuta a una nueva clase de hombre más elevado.” Considerando esta última frase, es importante recalcar que Nietzche aboga por una lucha de clases, donde el débil evolucioné de una especie dependiente y frágil a un ente propio, empoderado y asertivo, para así evitar recibir abusos por parte de los übermenschen. En contraste al liderazgo Nietzcheano, tenemos la variante transformacional, donde el líder no solo formula y articula una visión, no solo delega responsabilidad, sino que asigna tareas para el desarrollo de sus seguidores. Un líder que transforma a sus seguidores en un aspecto importante: La confianza, con esto se obtiene por parte la consecución de objetivos de la organización, también objetivos profesionales, personales, familiares, comunitarios y financieros, brindando así un apoyo integral, en el que el 20 colaborador se siente identificado. El líder transformacional no transforma únicamente la organización, sino también a los colaboradores. Un líder transformacional ofrece orientación, participa en el grupo y solicita información, consejos y sugerencias de los miembros, como resultado, los colaboradores están más comprometidos en el proceso, más motivado y se vuelven más creativo, lo importante del liderazgo transformacional es permitir que los colaboradores puedan lograr transformarse, esto también llamado desarrollo de talento humano. En ambos casos, los grandes líderes inspiran a la acción, a menudo cuando la gente habla sobre liderazgo, mantiene en su mente el concepto de una persona exitosa, cuyo camino es simple y su trabajo es delegar tareas mientras el solo se dedica a disfrutar el día. Sin embargo, la historia nos corrige una y otra vez con estas fantasías auto inculcadas. Dos de estos casos son Michael Jordan, un joven que se dedicaba a llevar la ropa de un equipo de baloncesto y cuyas habilidades en este deporte no eran las más destacadas, y Steve Jobs, un joven que decidió abandonar los estudios, tenía problemas económicos, tendencias hippies y además un mal temperamento. No obstante, el liderazgo no es gratuito, como lo demuestran ambos casos anteriores, volviendo a Nietzche (1891) “Yo os enseño el superhombre. El hombre es algo que debe ser superado. ¿Qué habéis hecho para superarlo?” El rol del líder empresarial en el siglo XXI ha rebasado los límites de su definición tradicional, basada en el ejercicio de la autoridad y la toma de decisiones. La autoridad le proporciona un poder potencial pero su estilo de liderazgo determina qué parte de ese poder utilizar efectivamente. Precisamente por ello, John C. Maxwell, en el 98, inmortaliza en papel “LAS 21 LEYES IRREFUTABLES DEL LIDERAZGO”, porque el líder, si bien tiene la capacidad nata del carisma, debe construirse y adaptarse al ambiente, generalmente hostil en el que se desenvuelve.