Liderazgo asertivo, la cuerda floja entre afectividad y efectividad
Por Duálök J. Ordóñez Araya
Con este artículo se pretende dar algunas luces
al liderazgo moderno, vislumbrando así los dos ejes en
los cuales me enfocaré, el liderazgo Nietzcheano y el
liderazgo transformacional. Con respecto al primero
debemos entender que es un enfoque centralizado
en el “übermensch”, es decir el superhombre, a quien
Nietzche identifica como una persona capaz de generar
su propio sistema de valores. Esto valores, generalmente
giran en torno a el nihilismo, la nada, lo cual conlleva
a una perspectiva relativista y valora especialmente la
multiculturalidad y el pluridiscurso moral.
Los líderes que imponen su voluntad sobre los otros
para alcanzar metas, ya se trate del más elevado altruismo
o del mayor manifiesto del egoísmo, los übermensch
rechazan la moral del esclavo, es decir los valores que a
juicio de Nietzsche son decadentes como la de sumisión,
el sometimiento, la mansedumbre, el conformismo, la
docilidad, la pobreza de espíritu, el servilismo, el ascetismo
y por ello en su lugar optan por la moral que le va a facilitar
el espíritu de dominio. Como lo comenta Nietzche (1891)
“el esclavo tiene la voluntad del débil mientras que el
übermensch (en este caso el líder) es el que internaliza la
voluntad de poder, el übermensch es donde la especie se
transmuta a una nueva clase de hombre más elevado.”
Considerando esta última frase, es importante
recalcar que Nietzche aboga por una lucha de clases, donde
el débil evolucioné de una especie dependiente y frágil a un
ente propio, empoderado y asertivo, para así evitar recibir
abusos por parte de los übermenschen.
En contraste al liderazgo Nietzcheano, tenemos la
variante transformacional, donde el líder no solo formula y
articula una visión, no solo delega responsabilidad, sino que
asigna tareas para el desarrollo de sus seguidores. Un líder
que transforma a sus seguidores en un aspecto importante:
La confianza, con esto se obtiene por parte la consecución
de objetivos de la organización, también objetivos
profesionales, personales, familiares, comunitarios y
financieros, brindando así un apoyo integral, en el que el
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colaborador se siente identificado.
El líder transformacional no transforma únicamente
la organización, sino también a los colaboradores. Un
líder transformacional ofrece orientación, participa en el
grupo y solicita información, consejos y sugerencias de los
miembros, como resultado, los colaboradores están más
comprometidos en el proceso, más motivado y se vuelven
más creativo, lo importante del liderazgo transformacional
es permitir que los colaboradores puedan lograr
transformarse, esto también llamado desarrollo de talento
humano.
En ambos casos, los grandes líderes inspiran a la
acción, a menudo cuando la gente habla sobre liderazgo,
mantiene en su mente el concepto de una persona exitosa,
cuyo camino es simple y su trabajo es delegar tareas
mientras el solo se dedica a disfrutar el día. Sin embargo,
la historia nos corrige una y otra vez con estas fantasías
auto inculcadas. Dos de estos casos son Michael Jordan,
un joven que se dedicaba a llevar la ropa de un equipo de
baloncesto y cuyas habilidades en este deporte no eran
las más destacadas, y Steve Jobs, un joven que decidió
abandonar los estudios, tenía problemas económicos,
tendencias hippies y además un mal temperamento.
No obstante, el liderazgo no es gratuito, como lo
demuestran ambos casos anteriores, volviendo a Nietzche
(1891) “Yo os enseño el superhombre. El hombre es algo que
debe ser superado. ¿Qué habéis hecho para superarlo?”
El rol del líder empresarial en el siglo XXI ha rebasado los
límites de su definición tradicional, basada en el ejercicio
de la autoridad y la toma de decisiones. La autoridad le
proporciona un poder potencial pero su estilo de liderazgo
determina qué parte de ese poder utilizar efectivamente.
Precisamente por ello, John C. Maxwell, en el 98,
inmortaliza en papel “LAS 21 LEYES IRREFUTABLES DEL
LIDERAZGO”, porque el líder, si bien tiene la capacidad nata
del carisma, debe construirse y adaptarse al ambiente,
generalmente hostil en el que se desenvuelve.