Como los pobres derrotaron Sendero Luminoso ILD-Como-Peru-vencio-el-terrorismo | Page 23

FORMALIZAR PARA CRECER Y VIVIR SEGUROS 23 Puerta abierta #3: Acabamos en gran parte Puerta abierta #4: Acabamos con el mito de con el mito de que los informales no eran el que el sector andino era incompatible con la problema, sino la solución. modernidad. Con los mismos números que recogimos en Puerta Abierta #1 y #2, demostramos que cada informal ve- nía con su pan bajo el brazo, eran la mayor fuente de empleo, un gran sector de consumo, la alternativa a la violencia y en suma, la raíz de la esperanza. Con ello quedaba claro que los informales eran la solución, los problemas eran: el mercantilismo (la oferta y demanda de privilegios monopólicos utilizando la maquinaria del Estado) y un sistema legal desconectado de la realidad de la mayoría y por lo tanto sin vigencia social. En resu- men, un sistema político incapaz de comprender que si no fuera por los costos de la formalidad, los informales serían formales. El progreso sostenido de los informales indicaba que eran el futuro de la clase media si pudieran acceder al mercado formal, tal como ocurrió en América del Norte y Europa en el siglo XIX y como lo estamos constatando hoy en el Perú urbano. Las cifras del ILD y su recate- gorización de las clases más bajas, así como los debates promovidos por la televisión y la radio, tuvieron un im- pacto tan grande que todos los movimientos políticos comenzaron a atender a los informales y surgió en el Perú una vocación para la microempresa y los empren- dedores. El ILD puso a sus equipos a trabajar con simulacros y estudios de casos reales, demostrando que los informa- les no eran enemigos del “circuito oficial”, sino que las regulaciones les habían cerrado las puertas. Necesita- ban 300 días para registrar una empresa y más de diez años para titular un predio. Bajo estas condiciones, era imposible formalizarse y hacer empresa. Más de diez años para titular un predio, según el sistema legal peruano. Puerta abierta #5: Los propios informales comenzaron a re-categorizarse. La izquierdista Federación de Choferes del Perú (con una flota de 16,250 vehículos), liderada por Hernán Chang, decidió tomar “el otro sendero” del ILD, lejos de la violencia y hacia la reforma legal. La federación dejó atrás su idea de que no era, más que otro sindicato, y en su lugar los choferes se recategorizaron a sí mismos como empresarios, poniendo fin a las grandes huelgas de transporte que paralizaban Lima. Lo mismo hicieron 111 organizaciones de ambulantes y miles de empresas y pueblos jóvenes. Carátula de “El Otro Sendero” (ILD)