Como agua para chocolate
Laura Esquivel
Estaba más preocupada por salvar su pellejo que por otra cosa. La noche de la fiesta había
recibido de manos de Mamá Elena una paliza fenomenal, como nunca antes la había recibido
ni la volvería a recibir. Pasó dos semanas en cama reponiéndose de los golpes. El motivo de
tan colosal castigo fue la certeza que tenía Mamá Elena de que Tita, en contubernio con
Nacha, había planeado premeditadamente arruinar la boda de Rosaura, mezclando algún
vomitivo en el pastel. Tita nunca la pudo convencer de que el único elemento extraño en él
fueron las lágrimas que derramó al prepararlo. Nacha no pudo atestiguar en su favor, pues
cuando Tita había llegado a buscarla el día de la boda la había encontrado muerta, con los
ojos abiertos, chiqueadores en las sienes y la foto de un antiguo novio en las manos.
Continuará...
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Codornices en pétalos de rosas
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