por sí mismo en el ámbito académico, es decir, el estilo de aprendizaje lo compromete a ser autónomo. No obstante, “no es de extrañar, que muchas de sus decisiones sean incorrectas, y que a lo largo de la carrera su única motivación sea lograr ‘el cartón’ sin importar los medios, perdiendo así el sentido de la vocación que se requiere para la profesión y por tanto, que estudien por obligación” (Soto, 2017), es en consecuencia un efecto de la poca capacidad de discernimiento entre lo útil y lo conveniente.
Cuando se habla de autonomía, en este caso, se expone como aquella característica que evidencia su rol activo dentro de la comunidad estudiantil a través de prácticas que demuestran su compromiso como aprendiz:
a) Entrega de trabajos:
Su responsabilidad radica en responder a las tareas solicitadas de manera puntual (en el tiempo establecido), completa (con todas las asignaciones resueltas) y profunda (investiga en detalle para resolver dudas) de los trabajos.
b) Diligenciamiento de exámenes:
Resolver un cuestionario va más allá de cumplir con estudiar de memoria los conceptos; precisamente las pruebas están creadas para evaluar el desempeño y conocimiento de un sujeto con respecto a un tema, por esta razón, es mejor preocuparse en aprender que en memorizar. Ahora bien, si el estudiante es de los que copia las respuestas, acepta que los méritos no
son por su aprendizaje sino por su habilidad.
c) Uso de las TIC:
Servirse de las TIC para fortalecer la parte investigativa es la ventaja más manifiesta en la sociedad actual, pues facilita el acceso a la información a tan solo un clic. Además, contiene herramientas que posibilitan la interactividad en el aprendizaje. En este punto, las excusas “yo no sabía”, “no encontré documentos sobre ese tema”, “no hay archivos que hablen de eso” quedaron en el pasado, pues los estudiantes, en un gran porcentaje, son nativos digitales, lo que los hace completamente competentes en la navegación y uso de las tecnologías.
d) Uso de celulares:
Estos dispositivos contribuyen en gran manera a la comunicación oportuna e inmediata y también comprenden aplicaciones que ejecutan tareas de cualquier tipo. Sin embargo, su uso constante e indebido en el aula no lo presenta como una herramienta provechosa, sino más bien desfavorable para la concentración del estudiante, afectando directamente su proceso cognitivo.
e) Interés en prepararse:
Aceptar que hay algunos temas que requieren más dedicación que otros es la señal para mostrar disposición por querer entender. El miedo a equivocarse o a quedar en ridículo por hacer preguntas impiden resolver inquietudes que clarifiquen el tema.