clown de narices negras BOLETÍN NUMERO 72 | Page 8

del clown, de ese mundo inocente de palabras torpes y emociones sinceras, aquel mundo que es el motor de nuestras acciones, que abraza cada momento coincidido y le da matices de ale- gría. Somos payasos, es nuestra naturaleza serlo, pero además somos creyentes de un arte que re- base realidades e idealice quimeras, que cons- truya puentes y devaste sosiegos. Todo es posible con el clown, con la imaginación, con el humor; por eso con cada nota frotada y soplada, con cada pátina y color, con cada movimiento que juegue con nuestro cuerpo, nos servimos a la musa, nos deleitamos ante su placer y así servi- mos al espectador. Por qué, qué es el arte sino servicio, y nuestro arte es servicio con humor. Nuestro clown es fronterizo, conservador en sus inicios pero nuevo en sus p