clown de narices negras BOLETÍN NUMERO 72 | Page 10
—Calma compadre, Chuto bueno soy. Deja de
preocuparte por si trabajo o no, yo estoy aquí
para reír y disfrutar de la vida. Bien querido soy
pues. Y por ser alegre no me hace falta nada.
—Ya te hice la advertencia Chuto, si en enero
te veo quejándote de tu mal destino, sin pena ni
remordimiento volveré para castigarte.
—Bien pero bien alegre me vas a encontrar,
papá.
—Ya veremos —dijo el Huacón y se fue.
Y ciertamente, llegando enero, se le vio al
Chuto sandunguero otra vez bailando, como
nunca, cabreando con sinvergüenzura al destino
y a sus jueces.
Es que el hombre del valle del Mantaro es ale-
gre y fiestantero, y no solo vive para el trabajo.
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