Clase Empresarial.MX Diciembre 2019 | Page 27

A la par, también patentó la cerradura de cinco tambores, que convirtió a los baúles de viaje en auténticos cofres del tesoro. En 1896, el monograma LV que apareció en honor a su padre, a la par de un logotipo con flores, se volvió el sello de calidad de sus productos, siendo también exitosos para la detención de la falsificación. A cargo de Georges y con ayuda de John Wanamaker, la marca llegó a Estados Unidos, teniendo distribución en Boston, Chicago, San Francisco, Bruselas, Buenos Aires, Niza, Bangkok y Montreal. La segunda generación Tras la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión de 1929, la empresa se vio obligada a renovarse y aumentar su eficiencia. A lo que el hijo de Georges, Gastón, trabajó para crear una agencia de publicidad y una oficina de diseño para hacer los bocetos de los productos y así mostrarlos a los clientes antes de la fabricación. Esto dio inicio a la segunda generación y nuevos aires para la empresa, pues para la muerte de Georges Vouitton, en 1936, fue precisamente su hijo, Gastón quien tomó las riendas de la empresa. Los años transcurrieron significando el incremento en el éxito y prestigio de LV, que provocó una nueva ola de productos falsificados, por lo que, un año antes de su muerte, Gastón Vuitton, decidió abrir una sucursal en Tokio, esperando que, al ofrecer el producto real de Vuitton en el mercado asiático, se pudiera informar mejor a los clientes y desalentar la compra y fabricación de imitaciones. La compañía también emprendió una exitosa campaña publicitaria para combatir el aumento de la falsificación. La tercera y última generación al mando llegó con Henry Racamier, esposo de la hija de Gastón, en 1977. Gracias a Racamier, las ventas aumentaron en veinte millones dólares para 1977 y en casi mil millones para 1987. Con esto, las tiendas LV llegaron a todo el mundo en este periodo, siendo Asia el principal mercado de exportación de la compañía. Como parte de su expansión, la compañía comenzó sus actividades en las bolsas de París y Wall Street. Para 1980, la firma comenzó a adquirir empresas como Givenchy y la casa de champán Veuve Cliquot. LVMH: Una nueva era En 1989, la empresa familiar se fusionó con Moët Hennessy, para formar un conglomerado de productos de lujo, respetando la autonomía de cada empresa sobre su propia dirección. Con la llegada de Bernard Arnault al mando, la empresa poco a poco se fue colocando entre una de las más importantes en el mercado del lujo en el mundo, con alrededor de cinco mil millones de dólares en ventas a principios de los noventa. Sus participaciones se estructuraron como una pirámide de empresas interconectadas por el control del holding LVMH, con un valor de mercado de diez mil millones para 1990. De la marroquinería a eventos de moda Fue en 1997, cuando la llegada del prestigioso diseñador Marc Jacobs, marcó un hit en la historia de Louis Vuitton, pues comenzó a crear líneas de prendas y complementos, aportando un estilo renovado que cautivó al público amante del arte y la sofisticación. Empezó a colaborar con artistas como Stephen Sprouse, logrando una de las líneas más exitosas de la historia contemporánea de las marcas. Su idea de colaborar con celebridades del cine, la música y el arte para crear colecciones especiales, fue uno de sus mayores aciertos. Gigante de lujo en la actualidad Después de 15 años de legado, Marc Jacobs deja la marca en 2013. En su lugar, llegó Nicolas Ghesquière, hasta el presente. Entre su evolución más reciente está la incursión de la marca en el mercado del arte. Con la apertura de la Louis Vuitton Gallery en Macau, República Popular China, se llevan a cabo exposiciones frecuentemente a cargo de la curaduría de Jonathan Thompson. Louis Vuitton es conocida como una de las empresas que más gastan en publicidad contando con colaboraciones icónicas como Keith Richards, Madonna, Sean Connery, Michelle Williams, Matthias Schoenaerts, Jennifer Connelly, Angelina Jolie, Gisele Bündchen y, en sus momentos, hasta David Bowie. En la actualidad, la empresa que inició como una modesta tienda familiar de marroquinería es ahora una de las marcas de lujo más valiosas del mundo, con presencia en 50 países, con más de 460 tiendas y con un poderoso valor en el mercado de más de 39.9 mil millones de dólares. @revistaclaseempresarial • 24