Clase Empresarial.MX Abril 2019 | Page 28

foques innovadores y un nivel de colaboración sin precedentes. Hacerlo requiere una acción colectiva y colaborativa y para cambiar las cosas, las marcas deben mirar más allá de sus propios límites. Esto significa colaborar con otras empresas de nueva creación, individuos, la sociedad civil y los llamados competidores, para crear conjuntamente un futuro más equitativo y sostenible para todos. La co-creación representa una importante oportu- nidad de crecimiento para las marcas al incorporar nuevas ideas, prácticas y hacer bien en el núcleo de su negocio. Uno de los mejores ejemplos de co-creación es Lego, que se ha asociado con Sesame Workshop para ayudar a los niños refugiados de Rohingya y Siria a aprender y sanar a través del juego. Lego se está dando cuenta del propósito de su marca al invertir $ 100 millones en el programa. Este movimiento ayudará a Lego a ganar los corazones y las mentes de una nueva generación de fanáticos, 87 años después de la creación de la compañía. Para aprovechar todos los beneficios de la co- creación, las marcas deben asegurarse de que su nuevo proyecto o asociación refleje su propia oferta como negocio. Encontrar el socio estratégico adecuado ayudará a convertir una misión global en una activación local, social y ambiental de base. Lo que todo significa Hacer el bien se ha convertido en la última ventaja competitiva para las marcas en el siglo XXI. En un mercado cada vez más superpoblado, la contribución de su marca a la sociedad se convierte en el punto decisivo de la diferencia para los consumidores. El primer paso en el proceso es asegurarse de que no está haciendo ningún daño. Una vez establecido, las marcas pueden comenzar a hacer el bien adoptando una mentalidad de colaboración y un enfoque a largo plazo para la resolución de problemas. En general, el activismo de marca alimentado por un consumismo consciente va a cambiar fundamentalmente la naturaleza de los negocios. La escala y la profundidad del cambio son comparables con el auge de la tecnología digital en los años 90 y principios de los 2000. De manera similar, aquellos que abrazan esta nueva realidad ganarán los corazones y las mentes de una nueva generación de consumidores. Por otro lado, aquellos que no se adaptan corren el riesgo de entrar en los anales de la irrelevancia, que ya incluye una larga lista de marcas extintas. Al final, como la mayoría de las cosas, la diferencia entre los dos escenarios se reducirá al nivel de conversación frente a la acción. @revistaclaseempresarial • 28