Ciencias de la Información :Enero.2016 | Page 3

Los métodos psicológicos y sociológicos de los grandes pensadores de la administración se complementan con nuevos enfoques asociados a la tecnología y la información en una sinergia sin precedentes, aún no totalmente conceptualizada ni desarrollada que se conoce como Gestión del Conocimiento. PONER PIE DE PÁGINA * En varias décadas atrás surgieron teorías administrativas como la Gestión de Calidad Total que consolidan teorías como las del liderazgo y empowerment. Esfuerzos aislados El desarrollo de estos enfoques en diferentes países paulatinamente ha ido permeando la esfera organizacional. Su adopción no constituye una tarea sencilla por cuanto las organizaciones requieren de una cultura informacional y de políticas expresas de reconocimiento del papel de la información y el conocimiento para el desarrollo organizacional. Algunas organizaciones desarrollan y mantienen esfuerzos para el tratamiento de sus documentos. Sobre todo, las organizaciones que tienen sus casas matrices en países desarrollados, tienen definidas explícitamente sus políticas para el tratamiento documental, lo que constituye una obligatoriedad para cualquier filial. Las PyMEs no necesariamente tienen la misma situación por su propia característica, donde se intenta simplificar la actividad administrativa y no se potencia la aplicación de sistemas o procedimientos que a priori pueden identificarse como sistemas “burocráticos” aún cuando su aplicación proteja a estas organizaciones ante conflictos legales y proteja su imagen institucional. La gestión de información no visualizada por muchas organizaciones como un enfoque que contribuye a la elevación de la eficacia y eficiencia organizacional, así como al perfeccionamiento de la toma de decisiones, ha tenido una presencia significativa en muchos países desarrollados, y en instituciones que han contado con líderes capaces de visualizar la importancia de contar con la información que necesitan en el momento oportuno. Su piedra angular radica en el llamado “gestor de información”, profesional que se encarga de desarrollar y mantener el sistema de gestión de información para esa organización en particular. Quiere esto decir que con relación a esta, no hay recetas trasladables o calcables de una organización a otra. Cada organización es única y sus requerimientos y condiciones para el manejo de información obligan a una valoración particular y al desarrollo de mecanismos particulares para eso. La gestión de información eleva los resultados organizacionales al permitir un desempeño en un orden superior de cualquier organización o segmento de la misma, desde un salón de operaciones de un hospital hasta una institución de servicios, de la producción o de la investigación/desarrollo. Ahora bien, su justificación no es tan sencilla como la relativa a la gestión de documentos administrativo aunque el impacto de la misma pueda contribuir a elevar los beneficios, la reducción de costos y la adecuada y acertada toma de decisiones. Es por eso que el efecto demostrativo de la misma es lo que puede contribuir a su aceptación, pero antes hay que invertir en la misma, cosa que no siempre ocurre. Ver para creer, dicen los ejecutivos, pero hay que tener confianza en que los resultados se harán visibles a un corto plazo, aspecto que sin una cultura informacional no es posible aspirar que ocurra. Sin transitar estos caminos y ante la solución mágica que se promueve en la esfera empresarial, ha hecho su entrada un nuevo enfoque al que se le ha llamado “gestión del conocimiento”. Desde el punto de vista profesional, diferentes disciplinas declaran que éste es parte de las mismas. Así la administración, la tecnología, las ciencias de la información, y otras declaran a la gestión del conocimiento como solución mágica a la falta de eficacia y a los errores estratégicos vinculados al tratamiento inadecuado de la gestión tecnológica, y la gestión de recursos humanos calificados. La gestión del conocimiento ha irrumpido como la última moda o la solución para todos los problemas estratégicos y de falta de visión organizacional. Sería muy lamentable que una visión parcial y simplista provocara una reducción en la credibilidad de estos enfoques. Cada uno de ellos cuenta con una base profesional sólida que obliga a su consecuente aplicación en las organizaciones y sólo de esa forma es posible obtener resultados en su máxima expresión.